Bienvenidos a este pequeño paseo por una de las grandes bandas de la historia. Quien me conoce, sabe que Pink Floyd es mi banda favorita y tener la gran oportunidad de visitar una exposición, atravesando todo su pasado hasta el día de hoy, viendo fotos inéditas, cartelera de la época, vídeos muy, muy, curiosos, instrumentos y un sin fin de curiosidades, ha dejado en mí una huella difícil de explicar en la cual siento que si esta banda ya me gustaba…. ahora más. The Pink Floyd Exhibition está en el IFEMA de Madrid y la han prorrogado hasta el 27 de octubre.
Ya de entrada te recibe un inmenso hinchable acompañado de música de la banda pero con un detalle importante: realmente parece que el propio grupo esté tocando en una nave contigüa; me explico: cuando vas a un concierto y ya han empezado los teloneros, notas la potencia en el sonido pero no lo entiendes todo al 100% (algo similar) y, con todo esto, tu cuerpo se va preparando para la experiencia que se te viene encima.
Te dan unos auriculares para el audio de los innumerables videos y empieza el espectáculo. Te reciben unos carteles de sus primeros conciertos, rodeados de una luz giroscópica que te envuelve psicodélicamente.
Poco a poco te vas sumergiendo en su propia historia, cómo se conocieron siendo unos buenos estudiantes de arquitectura, cómo iban a ver a los grupos locales con la idea de montar una banda, y esos supuestos escarceos con las drogas y el rock´n’roll…, aunque evidentemente nunca se mencionó….etc. Ya como grupo en marcha, comenzaron a hacer mucho ruido mediático desde el principio y no dejaron indiferente a nadie con esos primeros discos impregnados de locuras sónicas bañadas en directo por luces cegadoras, mucho humo, y una puesta en escena diferente al resto. Por ejemplo, esta Telecaster customizada por Syd Barrett con discos de metal pulidos pegados a la guitarra para producir brillos. También Merece la pena mencionar los ropajes que se gastaban en directo por aquellos años.
Poco a poco vas viendo etapas y vas notando esa evolución musical, compositiva, arriesgada y personal en la que llegamos a la obra cumbre del rock progresivo (para muchos) que es DARK SIDE OF THE MOON. Aquí pusieron en juego el dinero que no tenían, el tiempo con sus familias, la compañía de discos achuchando y no creyendo del todo en el proyecto, pero con un grandísimo esfuerzo, dedicación y apoyo de muchos amigos o visionarios como ellos (Véase el montaje del vídeo Time, por ejemplo) superaron todas las adversidades y sacaron adelante esta joya.
En esta foto se ve el ingenioso sistema para hacer la animación, un fondo estático, una transparencia con los relojes y unos rodillos (que no están aquí) en la parte superior e inferior, los cuales permitían que la transparencia se moviese.
Para el tema “Money”, en el que siempre ha habido muchas preguntas sobre qué elementos se utilizaron para componer esta intro, una cremallera al revés, una máquina tragaperras, monedas cayendo, etc. Aquí os dejo una foto en la que se muestra (sólo un tercio de la longitud original) lo que utilizaron.
Los bocetos de esta icónica portada fueron un astronauta y unas pirámides, pero al prisma definitivo, escueto y simple como lo conocemos, se llegó tras varias pruebas. Por cierto, a día de hoy se siguen vendiendo unas 7.000 copias al mes de este disco.
Bueno, bueno, a medida que te introduces en este universo de videos con anécdotas, vivencias, rarezas, instrumentos usados…y un sinfín de curiosidades, la percepción sonora sobre la música que tienes en la entrada, de que la banda está tocando ahí al lado, sigue aumentando, el sonido se va volviendo más nítido, lo sientes un poquito más en el pecho e intuyes que algo pasa y que está cerca.
Entramos en una pequeña sala exclusivamente dedicada a una obra maestra como es WISH YOU WERE HERE. Aquí nos cuentan la hazaña para hacer esta icónica foto y cuál fue su significado. Nada más y nada menos que tuvieron que repetir 9 veces la foto hasta encontrar la toma buena, y claro, como consecuencia, 9 veces le tuvieron que prender fuego, así que el “stuntman” Ronnie Rondell, dijo que ya ni una más pese a su traje, su peluca y su bigote ignífugos. La intención de esta portada era protestar ante los abusivos contratos discográficos que firmaban, que coartaban su creatividad (parecía más un pacto con el diablo que un contrato con una compañía). A grandes rasgos, esto es lo que explican a pie de foto.
Y ahora permitidme enseñaros una gran joya en la cual estuve pegado al cristal no sé ni el tiempo, para mí es algo más que un instrumento, algo más que una batería, simplemente una obra de arte. La batería bautizada como “Hokusai Wave” fue utilizada en el “Dark Side of the Moon” y pintada a mano después de su gira en Japón. Parches de bombo también pintados a mano y un par de mesas de mezclas en las cuales te permitían hacer tu propia mezcla de “Money”, algo muy curioso y divertido a la vez.
La cantidad de instrumentos de esta exposición es muy elevado, con verdaderos guitarrones, syntes, baterías, pedales, controladores, etc. Y de un valor incalculable. Os dejo una pequeña muestra de ellos.
Bueno, y ya vamos completando el viaje. Ahora pasamos a “The Wall”. Para este disco Waters había asumido la responsabilidad de casi la totalidad de temas compuestos pero ya había roces entre ellos, porque salvo éste, todos los demás miembros tenían proyectos en solitario. Aún así, fue una puesta en escena grandiosa con grandes avances tecnológicos en cuanto a montajes en el escenario. Desde el álbum “Animals” usaban hinchables, pero en esta gira volvieron a cobrar mucha vida en el escenario, moviéndolos con grúas mecanizadas.
En 1985 Roger Waters deja la banda y con él una disputa importante por el nombre y los derechos de los temas. Tras varias acusaciones y una demanda en el juzgado durante meses, a partir de 1986, David Gilmour y Nick Mason toman el control.
En 1987 lanzaron “A Momentary Lapse of Reason”, con una portada realmente impactante de 700 camas en una playa, con el esfuerzo que eso supuso de logística, fotografía, personal…etc. Al año siguiente sacaron un disco en directo llamado “Delicate Sound of Thunder”.
En un vídeo explicativo en esta zona de la exposición, contaba el director técnico (creo recordar y si no perdonadme) que para esta gira ya disponían del conocido círculo con luces que todos hemos visto en sus conciertos o vídeos. Pero en una prueba entre gira y gira, se vino todo el sistema eléctrico abajo, ¿y cuál fue su sorpresa?, que al volver la corriente en los procesadores o condensadores (no lo recuerdo tampoco) de los focos, éstos encendían uno por uno girando y haciendo un efecto en forma de flor lumínica, lo que derivó en la puesta en escena del disco “The Division Bell”, pero más concretamente para el álbum en directo de esa gira llamado “PULSE”. Un error técnico que supuso un avance en la iluminación de la música en vivo.
Estas cabezas gigantes se usaron para la realización de la portada, suponiendo un esfuerzo de camuflaje y secretismo en el transporte, ubicación y toma de la de la fotografía para intentar ahuyentar a los fans, teniendo que cambiar un par de ocasiones de lugar.
Como “curiosidad”, deciros que la banda encargó a MIDAS que les construyera una mesa con sus especificaciones técnicas y de P.A. para esta gira, lo cual también supuso un adelanto tecnológico para el sonido en directo.
Esto se termina con un breve pasaje por su último disco, “The Endless River”, con un emotivo recuerdo a su teclista Richard Wright, y pasamos al último nivel. La música del grupo que te acompaña durante toda la visita se hace palpable. Entras en un recinto muy grande con tres pantallas gigantes con forma más o menos curvada y posiblemente la mejor calidad de audio que haya escuchado nunca. Sentí cada nota como recorría mi cuerpo de una manera muy diferente, no era presión sonora ni nada parecido, noté como la música me envolvía por completo y, añadido a esto, casualmente sonaba mi tema favorito “Comfortably Numb”. Así que no hay foto de este momento porque se me cayeron dos lágrimas de la emoción y no fui capaz de mover un dedo.
Texto y fotos: Julio Salces.