Set de Sang es el cuarto trabajo de Vidres a la Sang y supone la solidificación del retorno de la banda tras un parón de ocho años. La banda se encuentra inmersa en plena escena del metal barcelonés donde además dos de sus miembros, Albert Martí (guitarra solista) y Jordi Farré (batería), forman parte de Foscor, otro de sus pilares. En este disco autoproducido y grabado por Eloi Boucherie (guitarra y voz), las proporciones de death metal, de progresivo o de black metal son variadas entre cada tema, creando un disco muy rico en matices y ameno de escuchar de principio a fin.
Comienza con Els temps bufen a favor, y aquí no tengo nada mejor que decir que poner el disco y dejar que suene este temazo. No hay introducción que valga, pasamos directamente a la visceralidad bruta, controlada y meditada (si es que ésto tiene sentido) que marcará al álbum. El ritmo tiene una inercia frenética, con un tono contundente y épico que continúa también en el segundo tema, Emergiré. Pero ya en ambos se van viendo cambios de ritmo y detalles en la batería y punteos que van cobrando importancia conforme se desarrolla el disco, y le van dando de forma progresiva, tema a tema, un enfoque más experimental y melódico en el que además el orden escogido para las canciones resulta muy natural. Las composiciones tienden a ser complejas, lo que hace que resulte fácil disfrutarlas conforme se reescuchan y se le van descubriendo nuevas capas. Así hasta llegar a la última canción, L’òrbita del cor, que reúne los elementos que se han mostrado anteriormente y con un despliegue de coros épicos sirve de colofón para cerrar un disco enorme.
El trabajo musical que hay detrás es excepcional, y merece la pena destacar el vídeo publicado por la propia banda centrado en la batería donde se ve a Jordi tocando El poble redemptor prácticamente como si tuviera un metrónomo en cada brazo y pierna. El bajo, por su parte, está a cargo de Marcos García con la excepción de Miraré de no tornar-me a perdre, canción en la que cuentan con la colaboración de Martín Méndez (Opeth).
Las letras han sido elaboradas por Eloi junto con dos adaptaciones de poemas de Miquel Martí i Pol. El poeta también apareció, además de en trabajos previos de la banda, en Aamamata (el último trabajo de Helevorn), un disco que aunque presenta diferencias en cuanto a temática y tono mantiene similitudes significativas en cuanto a espíritu. Set de Sang está cargado de rabia y frustración originada tras la reflexión sobre nuestra sociedad, por la decepción y la desesperación ante la desconexión entre personas que parece ir transformando nuestro consciente colectivo en un “delirio disonante”. En el fondo, no creo que se trate de melancolía gratuita ni de regodearse en el fango, sino de un ejercicio de canalización de la rabia hacia objetivos más productivos, algo que se ve de forma más evidente en el himno de El poble redemptor.
Antonio Yeste