Si hace un año o dos me hubieran dicho que iba a poder ver al cantante de uno de mis grupos favoritos en mi ciudad, en la sala Black Bird, probablemente mi reacción hubiera sido de incredulidad… más aún, si alguien me hubiera dicho, que iba a poder hablar en primera persona con él y darle la mano, hubiera soltado una fuerte carcajada. Pues bien, hace unos meses, poco antes de que llegara el verano, un amigo me mensajeó diciéndome que Mike Tramp venía a Santander.
Fue un notición para mí, desde luego, y por supuesto, no me lo pensaba perder por nada del mundo.
Inicialmente, el evento iba a realizarse en el escenario Santander, pero al final se transfirió a la sala antes nombrada, lo cuál fue un acierto, teniendo en cuenta el número de gente que acudió; pese al buen trabajo que hicieron los organizadores habiendo comenzado a moverlo con varios meses de antelación. Y por fin, tras unos meses de espera y gran emoción, el pasado viernes llegó el día, en el que pude disfrutar de una maravillosa velada, con el mismísimo Mike Tramp tocando justo delante de mí. Sin duda alguna, el que antes fuera el cantante de la famosa agrupación de los 80’s, White Lion, aún conserva una fantástica voz y tiene una especial conexión con el público desde el escenario, metiéndoselo en el bolsillo desde el primer acorde. Junto con su acompañante en la guitarra solista, Marcus Nand, antiguo compañero en la formación Freak of Nature (proyecto que prosiguió a White Lion en la trayectoria de Tramp); ambos conformaban un dúo que nos ofreció un recital con una atmósfera cálida e íntima, amenizada por sus chistes y anécdotas entre tema y tema, de una vida cargada de interesantes experiencias, como por ejemplo, la manera en que se formó su antigua banda, o la historia detrás de ciertos éxitos.
El concierto, albergó una excelente selección de temas. Los fans de White Lion esperábamos que a penas tocara quizás uno o dos temas, pero el set list estaba compuesto a partes iguales, deleitándonos con clásicos como Lady of the Valley, Wait, Brokenheart, Little Fighter o una nueva versión acústica de Radar Love, esta vez llevada al country. De su repertorio en solitario, pudimos disfrutar de temas como Trust in Yourself, Dead end Ride, What Am I, Farewell to You y, como no, Hymn for Ronnie, tema compuesto como homenaje para el gran Dio, el cuál introdujo con la historia de cómo le conoció en persona.
Sin duda, fue una magnífica noche que guardaré con enorme cariño en mis recuerdos. Si podéis verlo en alguna ocasión lo recomiendo encarecidamente, será una experiencia genial, disfrutaréis de muy buena música y lo pasaréis estupendamente. Además, tendréis la oportunidad de haceros después alguna foto con él y obtener algún autógrafo, es un tío muy simpático y enrollado, y bastante humilde a decir verdad. Para acabar, como anécdota, se despidió de nosotros gritándonos desde su taxi ¡Adiós amigos!.
Crónica: Elena Hernández Gómez y Óscar del Campo García.
Fotos: Black8photo .