El otoño parece una época idónea para el folk metal. Categorizar los géneros de metal por estaciones es una gilipollez, pero me tenéis que conceder esa. Las hojas de los árboles caen y los pajaritos emigran…pues el sábado además no paraba de jarrear que parecía que el cielo se iba a caer sobre nuestras cabezas.
Pese a los condicionantes meteorológicos y la poca difusión que había tenido el evento, había bastante gentecilla…al menos más de lo que suman los integrantes y staff de los grupos, que ya veréis por qué lo digo. Es una dupla la de Salduie con Celtian muy interesante de ver. Porque vendría a ser una muestra de las dos caras de una misma moneda, un mismo estilo entendido de dos maneras distintas pero aún así compartiendo muchos elementos en común. Si volvemos a las estaciones, Celtian sería más primaveral y Salduie más otoñal. Celtian lo componen seis músicos, entre ellos el que fuera temporalmente flautista (vientos) de Mägo de Oz y una chica como cantante. Y explotan bien sus recursos: no van de “soy el que estuvo en Mägo” aunque tito Txus les ha ayudado con el disco (que desde aquí recomiendo) y se acoplan al amplio registro en limpio de la cantante. También cuidan su estética: llevaba ella su vestido y su maquillaje (no me puedo creer que este comentando esto); ellos iban o bien con camisas de esas de cordones como las viejas del Racing o bien con capucha tipo túnica como el batería, que además lo combinaba con unos estupendos calcetines blancos bien subiditos. Volviendo a lo musical, cuentan también con un violinista y solo con un guitarra, lo que es un acierto para no sobrecargar una música que pretende ser ligera y no pesadota. Tocaron temas propios como “Tu hechizo” o “En tierra de hadas” y alguna que otra versión como el “Moonlight shadow” o el “Call of the mountains” de los Eluveitie, donde destaca la voz (valdría como cualquiera de las cantantes suizas) pero el violinista le noté quizas un poco despistado. El flautista se marcó un solo acompañado del batería a los timbales, que no da para mucho teniendo en cuenta la tesitura del instrumento, pero él supo aprovecharla. También me gustó mucho “El mar sabe tu nombre”. En global le pondré a su actuación 12 mateitos.
Crónica y fotos: Mateo Domingo.