Sala pequeña, Candem Town y leyendas del hardcore… la combinación perfecta para hacer estallar la bomba.
Hardcore Matinée se celebró en el mítico Underworld Camden de Londres el pasado domingo 3 de noviembre, de 2:00 a 7:00, un horario muy de Martini y de vermut musical, y contó nada más y nada menos que con Outburst, Jesus Piece, Death Before Dishonor, World Collapse y Terror… ¿buen tinglao eh?, a pesar (tristemente para algunas), de no incluir entre su line-up a los franceses Lion´s Law, que en cambio sí que les acompañan en otras muchas ciudades del resto de la gira.
Los primeros leones en saltar al circo romano fueron Jesus Piece. Si soy sincera, antes del bolo me había estudiado varios vídeos de youtube para calcular a qué distancia del escenario mi vida no corría peligro durante el concierto, y es que bromas aparte, esta banda de Philadelphia tiene un sonido que embrutece y abiertamente digo que no es apto para cualquier oído/cerebro. Si tuviese que compararlos con otro grupo, me provocó sensaciones similares a cuando vi a Converge en directo. Una jornada que empezó por el plato más fuerte con estos mosh tan violentos, riff metaleros en “Workhorse”, sonidos pesados y electrónicos en “Punish” y todo bajo letras antirracistas y antipoliciales.
Los americanos, Death Before Dishonor fueron los siguientes en traernos su hardcore muy 90’s. Los más puretas dirán que ya no es lo mismo porque de la banda original sólo queda el vocalista Bryan Harris, pero a mí me molaron a lottt, igual fue la emoción de la primera vez o más bien porque tienen sonidos similares a Madball, a Bood for Blood y me atrevería a decir que en lo estatal, a Escuela de Odio, sobre todo con el tema tan coreado de “Friends, Family Forever”. Y cómo dice su trabajo de hace más de 10 años, COUNT ME IN, añadidos en mi lista de favoritos.
A eso de la hora de la siesta se hizo un parón trallero, con la entrada del grupo World Collapse, cuyo vocalista es el guitarrista de Terror. No sé qué deciros, para mí fue como si metes en una coctelera varios estilos, y te sale un resultado que tira más hacia el post-hardcore y a la electrónica, que otra cosa, junto con unas voces melódicas que sorprenden bastante, acompañados de caras un poco serias.
Con Outburst, llegó la variante del hardcore americano/newyorkino que faltaba para redondear, la vena más hxc-punk con influencias me atrevo a decir del hip-hop. Había oído ligeramente hablar de ellos, pero no les había dado al play. Nunca es tarde si la dicha es buena dicen los abuelxs. Ya que desde 1987 tocando, era old school del de verdad. Buena energía e interacción del cantante con el público, para empezar a calentar otra vez a lo que faltaba por llegar.
Después de haber visto a Terror dos veces en un festival a 5000 km de distancia y quedarme un poco desencantada… dicen que no hay dos sin tres o que a la tercera va la vencida y efectivamente, que diferencia tan abismal a verles en una sala pequeña. Terror fue la guinda del pastel. Me declaro fan incondicional de este tipo de conciertos. Desde el minuto uno, Scott Vogel animaba a todo el mundo a subirse al escenario y saltar como pollos sin cabeza. Daba igual tu tamaño corporal, tu edad, tu género e incluso hasta tu religión.
Digo esto, porque a pesar de que las patadas voladoras y los empujones eran parte de la función, me sentí en un espacio muy seguro y vi a varias chicas, una de ellas con hijab, darlo todo sin preocupación ninguna. Y es que eso es el verdadero hardcore. Ojalá estos espacios tan mixtos y respetuosos en todos los sentidos, se sigan repitiendo más. Fue un “Keepers Of The Faith” en toda regla. No tengo mucho más que añadir, me limite a disfrutar, a ese “mental demolition” que nos tienen acostumbrados ya que por supuesto “the walls will fall” de la sala reventaron en un “Total retaliation”.
Crónica y vídeos: María Barco.