Después de un extenso mes conciertos de caña para el cuerpo, es momento de darle un gustazo a las emociones y dejarnos atrapar del nuevo proyecto de Marta García, llamado 1Martes martes.
Proyecto con base en Santander que surge de miembros de la banda de versiones La Jaula de Atenea, para dar rienda suelta a sus temas propios a principios de este 2019, dando su culmen en su primer larga duración titulado «La Madriguera», producido, mezclado y grabado por Nando G. Miguel (guitarra de La Fuga) en sus ESTUDIOS CLIP. El estilo se mueve entre el rock y el indie r3, con chica al frente, que lo asimila a bandas como las grandes Repion, aderezado con buenas guitarras. La banda la componen, Marta García (voz y guitarra) (de La Jaula de Atenea y ex The Black Girls ), Pablo Rioz “Domper” (guitarra) (de La Jaula de Atenea y Menos Lobos); David de La Mata (Batería) (de Faltos de Riego) y Diego Fernández (bajo).
Rozaríamos las 22:30 hrs., como siempre puntuales, cuando el escenario de la Sala Niágara llamaba nuestra atención, entre penumbras, sonaría una épica intro extraída del tema “Fight For glory” de Formatx , que nos ponía en situación, hasta que se hizo la luz y comenzarían a sonar las primeras notas de las guitarra distorsionada del tema “Saldré a matar”, nos adentraríamos a un viaje emocional inolvidable, siempre guiados por la maravillosa voz de Marta, con lo que parece el desamor en la letra: «(…) Cuando el tiempo muere en tu cara, veo todas la veces que lo dejamos correr, si pienso en esas mañanas, el sentido se va con él (…)». El tema sería el primer single adelanto con un video lyric publicado. Marta nos invitaría a acercarnos más a ellos, para continuar con el tema “Se Acaba el Aire”, con un inicio suave, adornado por buenos punteos de guitarra, enseguida la voz de Marta toma el control y te acaricia, hasta que las guitarras cogen fuerza con grandes desarrollos de Pablo, nuevamente con el desamor en la temática, con un intento de ser fuerte y dejar atrás la esperanza, transformada en frustración: «(…) Ya no me quedo más muda, ahora soy yo quien prueba a morder (…) Sigo esperando sin saber a qué, no queda más por hacer, se nos acaba el aire, aquí nadie va a volver … (…)».
Con las emociones a flor de piel, llegaría la primera versión de la noche, con el tema “Valerie” de The Zuntons, famosa por la revisión de Mark Ronson con la maravillosa y efímera Amy Winehouse a la voz, para el que Marta pidió que cantáramos con ella, trasladándonos a un ambiente de luz tenue, en un club de música soul de los años 60, con chica cantando en el centro del escenario, rodeada del humo del tabaco. Contándonos una historia de espera por desamor. Tema muy bien defendido, llevándolo a su terreno que nos llegó a todos, destacando su gran registro vocal. Nos agradecería la presencia, y preguntaría -¿estáis ahí?-, ya que apenas nos veía debido a que los focos del techo apuntaban directamente hacia ellos con un potente luz. -Esta debe ser la sensación que se siente cuando estás en un gran estadio ante mucha gente-, comentaban entre bromas. Proseguirían con suave tema titulado “Tus dedos”, que clama por salir de la monotonía, viendo los recuerdos de lo que fue, como algo ya lejano, marcando el punto emocional, gracias a la voz de Marta, que entra casi sin darte cuenta, susurrándote, haciéndote reflexionar, intentando agitar tus sentidos aletargados. El siguiente tema, nos comentaría, que se inspiró en él, un día viendo las noticias, con todo el tema de la inmigración y las guerras interminables a las puertas de Europa, se sintió muy impotente por lo que veía. Estos días, esa sensación, ha vuelto y está más viva que nunca. El tema se titularía “Así” . Un tema muy emotivo que nos puso a todos el corazón en un puño, podíamos sentir las olas del mar golpeándonos la cara, intentando alcanzar la orilla de un futuro imposible. Aunque consigas llegar al otro lado, aun tendrás que superar la intolerancia y la incomprensión de sus gentes acomodadas, que han olvidado su pasado, agitadas en muchas ocasiones por el miedo desde ciertos poderes políticos, donde el odio racial desata el peor instinto animal. «(…) La esperanza se ha ido a dormir. Y tú te vas a nado hacia allí. Pero no te atrevas a venir, somos demasiados por aquí. (…)».
Para cambiar el ambiente y poner un poco de alegría, nos premiarían con una nueva versión, en este caso “Rojitas las orejas”, mítico tema de Fito & Fitipaldis, para el cual invitaron al escenario a la primera colaboración de la noche, Ana Rincón a la batería, miembro de la banda de versiones The Black Girls, de la que formó parte Marta, por lo que el momento sería muy especial, lleno de recuerdos de sus comienzos. Siendo un tema muy coreado, y que a mí en particular, también me traen recuerdos de lo que nunca volverá. No nos queda otra, que renovarnos y cerrar etapas de vida, para seguir viviendo, muy bien reflejado en la próxima versión que nos ofrecieron “Como si fueras a morir mañana” de Leiva, que permitió resucitar la energía de las guitarras, dándonos un chute de positivismo, que todos agradecimos, coreando el estribillo del tema: «(…) ¡Hazlo! Como si ya no te jugaras nada; Como si fueras a morir mañana. Aunque lo veas demasiado lejos ¡oh, oh!; ¡Hazlo! Como si no supieras que se acaba; Como si fueras a morir mañana (…)». Continuarían así con un repertorio de unas 20 canciones, cargadas de grandes momentos y emociones a flor de piel, destacando el tema “10 últimas horas”, un tema conmovedor, del que Marta asegura que las canciones evolucionan como las personas, una canción que no la podía cantar sin llorar antes de conocer a la banda. Ya que muchas de las letras están basadas en vivencias propias, removiendo en muchas ocasiones, en lo más profundo. Algo similar a lo que nos confesaron Whisky Caravan cuando los vimos en Gijón, -Hay temas que no hemos podido volver a tocar, por la carga emocional que tienen-. El tema comienza con la voz de Marta susurrándonos, apoyada por guitarras ásperas, intentando sobrevivir a los recuerdos. : «(…) Tengo que dejar de elegirte, tengo que saber convertirme, tengo que dejar de vivir en nuestras 10 últimas horas. (…)».
Tras el merecido aplauso, llegaría el momento más íntimo de la noche. Primero escucharíamos una locución que nos lee unas líneas del libro «El rastro que dejan las gotas (como mirar por la ventana un día de lluvia)» de Luis Mario García, que sirvió de inspiración para el tema. Mientras tanto el resto de la banda abandonarían momentáneamente el escenario, para dejar paso a Marta junto a un nuevo invitado, Diego Fernández que se pondría al teclado, para interpretar juntos el tema “Rita” , como así hizo en el disco. Gracias al silencio que se hizo en la sala, pudimos disfrutar de la voz de Marta junto al piano, transportándonos a otro mundo muy, muy lejos de este, donde estábamos nosotros y nuestras emociones, provocando una gran ovación al finalizar. Con el corazón aun exaltado, sería ahora Marta la que ocuparía en solitario el teclado, para deleitarnos con otro temazo lleno de sentimiento “Sargento de hierro”, de la banda Morgan ( ), a mitad del tema se reincorpora el resto de la banda, para acompañar el tema de una manera tremenda, gracias a las guitarras y la sección rítmica. Un tema que suena a despedida para no hacer sufrir:
«(…) Voy a pensar en ti, y no olvidar tu nombre; creo que me perdí; no sé por qué ni donde (…) Cúrame viento, Ven a mí; Y llévame lejos. Cúrame tiempo, pasa para mí y sálvalos a ellos, sálvalos a ellos (…)».
Nos agradecen la asistencia, y nos recuerdan que tienen un puesto de merchand disponible con el disco y camisetas. Tras subsanar unos problemas técnicos, reanudarían la actuación, poniendo un poco de marcha con el famoso tema “Loca” de Luz Casal, que le trajo buenos recuerdos a Marta de su época en La Jaula de Atenea. Continuaron presentándonos a su bajista circunstancial esa noche, Adrián Mariana de Compañía de Sueños Ilimitados, banda que ganó la XVII edición del Certamen de la Música Joven de Cantabria en 2018, en la categoría de pop-rock, para seguir presentando el disco con el tema “Hilos”, un tema que comienza un tanto histriónico en la voz, donde caemos en la tentación, aunque no queramos. Sin dejar de agradecernos la asistencia, darían paso a una nueva colaboración, en este caso Isabel Palacios se pondría a las voces para interpretar el tema “This Love” de Maroon 5, dándole un toque soul genial, acompañada de Marta, un tema en el que nos intentamos agarrar al amor entre las noches de pasión. Tremenda fuerza vocal de esta chica, que me sorprendió muy gratamente. A continuación nos sumergiríamos en el tema “Cambio Estival” con un rollo blusero mostrando la gran variedad vocal de Marta, acompañada de una buena línea de bajo y batería, con grandes desarrollos de la guitarra, un tema en el que tanto la música como la voz, tiene un movimiento que parece que te lleve como en un tango, de un lado a otro de la pista de baile. Otro gran momento de la noche sería la interpretación del tema “Turnedo” de Iván Ferreiro, uno de los grandes himnos del indie español, que sonaría espectacular a la voz de Marta, muy acompañada por el público, cantando su letra: «(…) Desde aquí, desde mi casa; Veo la playa vacía; Ya lo estaba, hace unos días; Ahora, está llena de lluvia (…) La luna, tú y yo expectantes; A que pase algún cometa o baje un platillo volante;
Y la playa llora y llora; Y desde mi casa grito; Que aunque pienso en abrazarte; Que aunque pienso en ir contigo (…) ». Que nos pondría en modo fiesta permanente. En la recta final del concierto, continuarían con la sesión rompe pistas, con el tema “Take me out” de Franz Ferndinand. Finalizarían el principal del concierto, volviendo a «La Madriguera», con el tema “Sonrisa permanente”, tal vez el tema más movido del disco, con mayor presencia de las guitarras, con grandes desarrollos, que te pone las pilas al momento, lleno de vitalidad, el tema perfecto para una noche de marcha sin final. «( ) Sabes tenerme con sonrisa permanente, no es fácil perderse en esta pequeña ciudad. (…)».
Tras un amago de marcharse, vuelve la banda al completo para encarar los bises, con el tema “El Reflejo”, otro de los temas más enérgicos, con la sombra de la ruptura en la letra, el tema tiene grandes desarrollos de las guitarras, y la voz de Marta te transmite mucha fuerza. Sin duda uno de mis temas preferidos. Concluirán, de nuevo activando el modo fiesta, con el tema “Sólo quiero bailar” de Zenttric, que nos puso a todos a botar, cantando el estribillo: «(…) Si no vas a venir avísame pronto; que yo quiero bailar, sólo quiero bailar, sólo quiero olvidar toda esta situación. (…)». Gran concierto el que nos ofreció Martes martes, en mi caso segunda vez que los veía tras su paso por la A.C. Los Bancos de Atrás de Unquera, donde ya me dejaron un muy grata sensación, tanto es así que me hice al disco en aquel entonces, un disco que a parte del contenido, merece una mención especial su cuidado diseño y acabado de la mano de Luis Mario García, con la Cubierta de cartón y el libreto interior en papel reciclado, unido por una cuerda a la cubierta, dándole un aspecto vintage que lo asimila a un libro de ciencias del siglo pasado, con dibujos de plantas a un solo color rojo, contrastando con el color negro del texto, siguiendo el citado patrón de libro, incluso las canciones se enumeran al principio como si fueran un índice con su correspondiente página. Similar al aspecto del «Vitalogy» de Pearl Jam.
Asistir a sus conciertos es sinónimo de remover emociones, gracias a la magnífica voz de Marta, sin duda una de las grandes voces de la región, consiguiendo el equilibrio perfecto con las guitarras, tanto suya como de Pablo y la energía del bajo y la batería. Estamos sin duda ante un gran proyecto que estoy seguro que llegará muy lejos, ya que es un estilo que tiene bastante tirón en nuestro país y seguro que en algún momento llenarán salas, porque se lo merecen. Dado que el disco ya lo tenía del concierto de Unquera, nos llevaríamos otro recuerdo de este concierto, adquiriendo la camiseta, también con un cuidado diseño en color blanco las letras y dibujos en rojo, con la mascota que da nombre a la banda en una posición destacada, con un bonito acabado con una etiqueta en cartón, como la portada del disco. Por último, agradecer como siempre, a la Sala Niágara por el buen trato, por seguir apostando por la música en directo, el cumplimiento de los horarios y el gran ambiente.
Crónica y fotos: John Man.