La máquina de crear canciones de Hendrik Röver está imparable. Es posible que aquello del desafío rpm haya ido acostumbrándole a trabajar a alto rítmo, algo que ver tendrá también el hecho de que se haya hecho dueño de los medios de producción y a día de hoy, grabe y edite sus propios discos (en este caso coedite junto a Folc), en un ejemplo de autogestión que ya quisieran para sí muchos grupos de punk. Lo cierto es que aun no nos había dado tiempo a terminar de degustar la segunda parte de Sixpack cuando nos han sorprendido con un nuevo álbum de estudio, a unos dos años desde la salida de “Salud” y manteniendo activa de manera simultanea su carrera en solitario y junto a los míticos GT’s .
Ya he dicho en alguna ocasión que cuando una banda veterana opta por el disco homónimo me suele sonar a reivindicación de sí mismos, puede que sencillamente no se les ocurriese un título mejor, pero también puede que haya cierta intención, como si apostillasen “Aquí estamos y esto es lo que hay, ni más ni menos”, y es que en este álbum encontramos bastante influencia de marcada raiz americana que les tira más en los últimos discos, pero también algunos cortes me evocan a Los Deltonos de la década anterior.
Puede que esta impresión mía tenga alguna explicación ya que según nos cuentan en su propio Bandcamp “Las canciones se esconden en sitios verdaderamente insospechados, agazapadas hasta que encuentran el momento que creen adecuado para mostrarse. A veces se agrupan como una bandada de estorninos y pasan volando y haciendo acrobacias cada vez más cerca hasta que les prestas atención, otras un rastro de gotas o migas de pan te lleva hasta el sitio. Esta vez, una caravana de hormigas nos ha llevado hasta una bolsa de papel grasienta abandonada al parecer hace tiempo en una esquina de GuitarTown. La hemos abierto con cuidado y se nos ha escapado un Cielos!”. Parece pues que estos temas habían sido compuestos para discos anteriores, no habían acabado de encajar en su momento y buscan ahora su opotunidad. Crean un conjunto dispar, pero Deltonos, lo mires por donde lo mires. No sabría exactamente cuales destacar, aunque me hacen particular gracia “Más Cencerro”, “Caracartón”, “Colisión” y “Sanmartín”, o la oda al viaje a ninguna parte que han titulado “Banda en Movimiento” que sirve como outro e intro y que no se si acertadamente he emparentado en mi cabeza con el Travellin’ Band de la Credence. Entre las más melancólicas me quedaría con el bloque “Tiempos Mejores”, “Al Final de la Escapada”.
Estos catorce cortes se presentan en un sencillo formato de digipack triple hoja, libre de plástico o una versión en vinilo 12” limitada a 500 copias que puedes conseguir a 11 o 18 euros respectivamente (7 si pasas de lo físico y lo pillas en mp3 o Flac) en su propia web. Como en la contra sale un ticket de bar, me la voy a jugar a terminar con una frase anuncio “Nadie da más por menos”, son un montón de temas, casi tres cuartos de hora y llevan el sello de garantía de Los Deltonos, no se si alguna se convertirá en imprescindible en su repertorio, pero es un buen regalo para los seguidores que las preferimos, sin duda, dando vueltas en nuestros reproductores antes que perdidas en algún cajón.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por LOS DELTONOS