Conocí la existencia de DREAM THEATER, hacia finales de los ochenta, en un tiempo, que mi afición por la guitarra me hacía comprar y leer revistas como GUITARRA TOTAL o GUITARRISTA.
Así fue como comencé mi discontinua travesía por intentar cogerles el punto a los “Reyes” del Rock Progresivo. Tengo un par de disco suyos, el “Once in a Livetime” que compré con mucho ímpetu, a raíz de leer tantos halagos en aquellas revistas, y el “AWAKE”, que creo que fue disco clásico en Noche De Rock o recomendación del programa. También he escuchado sus dos últimos discos en streaming, y en fin, ahí estoy intentando pillarles el rollo.
Me faltaba verles en directo. Dada mi ignorancia, hasta un día antes no descubrí que en éste evento iban a celebrar el 20 aniversario de su disco “Metropolis Pt. 2: Scenes From a Memory”, interpretándolo íntegramente en directo. Así que hice la tarea y le di unas escuchas.
Comenzó el concierto a la hora establecida con una introducción musical que anunciaba, junto con la proyección del nombre del grupo en letras grandes en la pantalla del fondo, la salida de sus componentes. En el centro, la batería de Mike Mangini y los teclados movibles de Jordan Rudess, y una pasarela superior detrás de la batería a la que se accedía por medio de dos escaleras laterales. En la parte baja del escenario John Petrucci y John Myung.
Y empezó a sonar el tema de su último álbum ”Untethered Angel”, con el entusiasmo del público, el sonido súper medido de la banda y la entrada de James Labrie portando un pie de micrófono, como la portada del disco (una mano robótica sujetando una calavera) nos hicieron a todos saltar y darnos cuenta de que íbamos a vivir un gran espectáculo.
Siguieron con otros temas de su último álbum como “Paralyzed” o “Pale Blue Dot” (véase el video) y otros que no consigo recordar, ni ubicar, con un sonido sorprendentemente bueno (salvo en el tercer tema, que en un breve momento, algún efecto de Petrucci o de Rudess metía un zumbido descomunal).
En cuanto a la interpretación de los miembros de la banda no puedo añadir nada que no se sepa. Son unos auténticos “monstruos”, de relojería suiza. Todos encajan sus complicados engranajes a la perfección. Incluso James Labrie, cuya voz, no es muy de mi devoción, estuvo bastante acertado. No sé si es que estuvo comedido o reservado, pero me sorprendió de buen grado con su actuación, teniendo momentos realmente gratos. Las luces y la pantalla trasera gigante, proyectando imágenes relacionadas con las canciones, daban un buen toque final al conjunto.
La que iba a ser la primera parte del concierto, no llegó a una hora y serviría para preparar el terreno que vendría a continuación.
Tras el descanso de unos quince minutos, en el cual sonaba música de los años veinte para ambientarnos en la historia que vendría después, comenzaría la segunda parte, en la que sin pausa alguna, interpretarían por completo el citado disco “Metropolis Pt. 2: Scenes From a Memory”.
El público rugió en cuanto empezó a sonar el tic tac del reloj y la voz en off del “Hipnotizador”, que precede a la “Scene One: Regression”. Éste fue uno de esos momentos en que James Labrie se lució, cantando esa parte introductoria de la historia, junto con John Petrucci a la guitarra acústica y a un público que coreaba completamente maravillado y entregado.
Y siguieron las sucesivas partes sin interrupción alguna: “Overture 1928”, “Strange dejá vu”, “Through my words”, “Fatal tragedy”, se pueden disfrutar en el siguiente video.
Una de las partes que mas disfruté fue la “Scene Six: Home” con esa melodía oriental.
Pensé mientras escuchaba este tema, que eso es lo que espero de la música, de una canción o de un grupo. Que te sostengan la cabeza, que te den algo que puedas paladear y tararear al mismo tiempo que lo estas escuchando. No una alucinante masa de trillones de notas ejecutadas a la mega-estratosférica-perfección, como ocurre en la siguiente “Scene Seven I: The Dance of eternity” que te deja pensando eso de: “Está muy bien pero que acabe ya esto que me canso de estar de pie”
Opiniones personales aparte, llegaron “The Spirit Carries On” y “Finally Free”. Ésta última fue también un momento grande donde ya culmina la historia que se está contando. Con la melodía de inicio y sobre todo cuando se repite ese mismo riff una y otra vez al final, junto con las imágenes proyectadas, acabaron por encandilar mas aun a todo el personal.
Terminaron el concierto ofreciendo un bis con el tema “At wits end” de su último álbum, cuyo riff final encaja muy bien para despedirse, balanceando los brazos al ritmo de la música, animados por James.
En resumen, fue un buen concierto, que ha conseguido que aprecie y le dé el valor que se merece a “Metropolis Pt. 2: Scenes From a Memory”, pero no sé si habrá logrado que me aliste a la tropa de seguidores acérrimos de DREAM THEATER.
Manuel Rico