Somos lo que hacemos, no lo que pensamos. Las buenas acciones sirven de poco si se quedan en nuestra mente. Siguiendo este mantra se puede llegar a pensar que no podemos comprendernos y conocernos hasta que actuamos. Podemos darle vueltas a algo durante meses y, aun así, al final será el hecho lo que nos defina. En este caso, ¿qué pasa cuando atravesamos una situación trágica? ¿En qué nos convertimos cuando la depresión, la ira y la negación se mezclan y nos llevan al bloqueo? Personalmente, ese caos confuso no llega aclararse hasta que no he sido capaz de externalizar las emociones. Darles forma a los demonios hasta poder compartirlos como estrategia para afrontarlos. Ese es el punto de vista desde el que miro el disco de hoy, una obra dedicada a la muerte de un ser querido de la que toca hablar sin atragantarse. Diferentes personas pueden sentir esta situación de forma diferente, igual que algunos pueden no entender qué interés tiene escuchar algo que te haga pensar en este tema, cada cual llena con la música un hueco diferente de su vida. Pero puede tener sentido si entendemos que sentirse mal es un proceso natural y que ignorarlo o negarlo no es una solución. Un trabajo dedicado al enfrentamiento al dolor y su asimilación hasta poder compartirlo de una manera que le haga justicia es un ejercicio que debe valorarse y que puede ser utilizado por otros, en el buen sentido de la palabra. No esperéis diversión en Ephemeral, pero creo que a muchos les puede alegrar conocer este trabajo.
Hablamos de Otus, el proyecto personal de Juan Viguera, guitarrista y cantante también de Aathma, y Ephemeral es el trabajo publicado en noviembre del año pasado dedicado a su padre, a las sensaciones vividas en el momento de su muerte y a su recuerdo. Si Aathma es una banda de metal identificable en ese terreno entre el doom y el stoner, en los dos discos de Otus (el anterior fue Death Throes en 2016) se recorren pasajes de una especie de folk oscuro y envolvente donde la guitarra acústica está acompañada por diversos efectos, sintetizadores y theremin, todo interpretado por Juan. Aquí el contenido se vuelve más introspectivo e íntimo, de una soledad abrumadora, pero me parece un buen ejemplo de cómo cambiar la forma y que el resultado siga generando emociones parecidas. Puede ser acústico y seguir sonando a doom, a stoner y a la atmósfera melancólica del blues que los une. Se trata de canciones defendibles por una sola persona, pero la diferencia en este nuevo disco es que desde la composición ya se dejó abierta la posibilidad de llevarlo a un directo junto a una banda, donde suene más potente y distorsionado, tal y como comentaba en la entrevista en el programa (semana 1223). De hecho, Otus como banda ya ha dado varios conciertos en los que Juan se ha acompañado del trío de post metal instrumental Le temps du loup.
En Ephemeral se recorren pasajes sombríos en los que las letras tienen una carga emocional tremenda. A veces tiene un toque de épica gracias al uso de efectos y theremin como en el primer tema, I’ll dig and I’ll dig, a veces más sosegado pero contundente como en el segundo Cross wrapped in thorns, en el que hacia el final ya se deja ver que se trata de un disco un poco más eléctrico que el anterior. En este caso, me parece buena idea dejar la interpretación de las letras a discreción personal y quedarme en destacar aspectos de la forma, como la creación de ambientes con pequeños recursos. Especialmente me llama la atención el uso de notas pedal al estilo drone para crear entornos oscuros y desoladores, me parece muy bonita esa forma de crear tanto con tan poco. Se puede ver en varios temas pero sobre todo en Arcane Ghost, que además es la única canción tocada con guitarra eléctrica y podría servir como una mejor referencia hacia el sonido de Otus en directo junto a Le temps.
A esta le sigue A doorway in a remote cliff, que es a mi parecer la canción que mejor recoge y combina los diferentes elementos del disco. Continúa con la parte emotiva de Caballos en la nada, cantada en castellano y lanzada a la cara ya sin la amortiguación del inglés, y termina con un cierre siniestro, una especie de viaje chamánico muy negro. Este bonus track en gallego, Terra, viene incluido al comprar el disco en formato físico o digital, que de por sí ya es recomendable para echarle un buen ojo a las letras.
Terminando, ojo a los créditos porque Juan ha removido en su producción a buena parte de los sellos del país: Nooirax Producciones, Aladeriva Records, Lengua Armada, The Braves Records, Sacramento Records, Barraks Promotion, Cosmic Tencacles, VZQ, Odio Sonoro, Catábasis Records y La Choza Booking. Grabado por Carlos Santos en Sadman Studios (Toundra, Jardin de la Croix, Vita Imana…), masterizado en Kollapse Stvdio por Iván Ferro (Khmer, Ictus…) y con fotón en la portada de Sergio Albert. Ya es buen indicativo que tantos hayan decidido apostar y apoyar lo que no deja de ser un trabajo profundamente personal, íntimo y solitario.
Antonio Yeste