Aphonnic son uno de tantos ejemplos perfectos de la clase obrera del rock. Dos décadas de carrera, seis discos grabados, y al menos los tres últimos de un nivel que roza la excelencia.
Tienen todo a favor: Un gran disco tras otro, una música tan potente como asequible para aficionados de diversa índole. Tienen todo en contra también: Nadie va a ser la próxima banda que destaque, las reglas han cambiado, muchos medios ni se han enterado de lo que ha pasado, o les sale más rentable apostar a lo que ya triunfó hace décadas. No queda cima, ni premio, ni gloria, sólo queda lucha y carretera. En estas estamos, sólo permanecen los que buscan expresarse artísticamente y no ansían fama ni éxito comercial a nivel masivo, porque ya no existe para los nuestros. Ahí se mueven, en un terreno en el que la honestidad va por delante, en el que grupos como Skunk DF, Dardem, Malkeda, Mind Driller, Crisix, Noctem y otro millón de ellos se dejan la piel cada día por seguir dando vida a su música y su proyecto de vida.
Los vigueses llevan tiempo coronados por el underground de su tierra y año a año, gira tras gira, centímetro a centímetro avanzan en el resto del estado. Su base de seguidores sigue creciendo de manera silenciosa, casi 20.000€ de respaldo en Verkami demuestran que ante la falsedad de la industria, el público que de verdad siente la música, muestra respeto a quien lo merece.
La Reina pone los puntos sobre las ies que ya conocíamos, y aporta algunas jugosas sorpresas, siendo la perfecta continuación para Indomables. Estribillos memorables, reforzados por coros infinitos. Textos claros, pero de digestión lenta. Guitarras que siguen bebiendo del metal de principios de década. El punto justo de melodía y agresividad. El justo equilibrio entre la fluidez con la que la música funciona y la complejidad que hace que no te aburras a la primera.
Leí hace poco una entrevista con ellos en The Sound of the Embryo en la que decían estas sabias palabras que podrían estar talladas en la puerta del estudio en el que grabamos Noche de Rock cada semana “Hay muchos grupos y muchos muy válidos que están por encima musicalmente de los llamados grandes en nuestro país. Otra cosa es que parte de la prensa no le preste atención y el público quiera seguir escuchando lo mismo de siempre.”.
Si alguna vez te preguntaste que le falta a la música de hoy en día para ser como la de entonces, déjame aventurar una respuesta. Le falta más gente que compre y escuche en profundidad discos como este, que se aprenda sus letras y abarrote cada uno de los conciertos. El resto ya está hecho.