El canadiense Richard Hannay está en un teatro de Londres, asistiendo a una demostración de los asombrosos poderes del señor Memoria (Wylie Watson -un hombre con una memoria superlativa, que responde todas las preguntas que le hace el público- cuando se produce una refriega y resuena un disparo. En el consiguiente pánico, Hannay se encuentra a sí mismo abrazando a una atemorizada Annabella Smith, y ella lo convence de llevarla a su apartamento. Una vez allí, ella le confiesa que es una agente de inteligencia perseguida por unos hombres que pretenden asesinarla. La mujer afirma haber descubierto un complot para robar unos importantes secretos militares del Reino Unido. Este plan ha sido maquinado por un hombre que tiene la punta de uno de sus dedos cortada, y que era el líder de una organización de espionaje llamada los 39 escalones.