Los chicos malos de Venice vuelven con un álbum titulado World Gone Mad. Este título podría sonar a la clásica frase de los ancianos al hablar de la juventud, pero aunque se trata de un trabajo más adulto, todavía se puede entrever su espíritu incendiario de skater vandálico que les consolidó como la voz de un vasto sector de la cultura popular juvenil, y es que este disco conserva el sonido y el estilo inconfundible que define a Suicidal tendencies desde sus principios.
A pesar de su sincretismo, que hace que haya algo para todos los gustos en cada álbum, sigue habiendo lugares comunes, como los toques funky, los guiños lejanos al hip hop, las intros lentas pesadas y melódicas, a base de arpegios y slides, todo muy “soulfull”, que dan paso a una gloriosa explosión sónica después de un despiadado corte, o los desquiciados solos de guitarra que erizan los pelillos del brazo.
El principio del disco, aunque puede parecer algo básico en principio, responde a la sencilla fórmula de punk HC que recuerda a algunos los primeros trabajos de la banda.
Estos dos primeros temas, desde mi punto de vista pecan ligeramente de monotonía, y carecen del sentido del humor que hace las delicias del fan de los gánsteres de Mike Muir, pero antes de que el oyente pierda la esperanza, el tercero llega electrificante como las palas de un carro de paradas y hace que la patata se marque un mosh pit en su jaula de costillas.
En conjunto este LP es menos potente de lo que en mi opinión cabía esperar, pero tiene canciones bastante buenas, que traen a la memoria con cierta nostalgia los buenos temas del “Lights”, “Camera”, “Revolution”, el “Art of Rebellion” o el “How I Will Laugh Tomorrow”.
Es cierto que cuenta con algunos temas mayoritariamente HC bastante rapidas, rollo Agnostic Front, líneas de bajo funky con bastante Groove y una indispensable dosis de locura e ironía, pero creo que en conjunto es una obra bastante más oscura, más madura y algo menos llamativa de lo que tal vez debería. Algo más dramática y triste (a su manera) de lo que estamos acostumbrados.
Otro de los puntos bajos es el diseño de la portada, que no es tan original como otras de la banda pero que aún conserva el carácter y algunas idiosincrasias de suicidal tendencies. En mi opinión se parece más a portadas que otras bandas han usado inspirándose en las de suicidal, que una portada genuinamente suya.
Considero que la elección de tema para dar nombre al álbum no es la más acertada, puesto que, a pesar de que ninguno suena mal, no es su plato fuerte, ni está excesivamente elaborada y carece del carisma necesario para que una canción se convierta en un himno, o en una canción que Lobo querría oir constantemente en su cabeza mientras mutila al personal en los comics.
Comentario por Miguel Losada
Fotografía por SUICIDAL TENDENCIES