Me parece que todas las veces anteriores que me ha tocado hablar de Mastodon he venido a decir algo parecido: Están escribiendo la historia, son uno de los grupos más grandes de esta generación. Les ha tocado vivir un momento de confusión musical y sobrecarga de información y no es que nadie saque la cabeza, es que hay demasiado ruido como para darse cuenta. Cuando pasen los años, echemos las cuentas, y nos hagamos conscientes de lo que han publicado en estos años seremos más capaces de reconocerles su puesto en la historia del rock y el metal.
Todas las bandas tienen un punto álgido y un declive; no estoy seguro de si su punto álgido ya ha quedado atrás o si aun veremos su obra maestra, de lo que sí estoy convencido es de que su declive aun está lejos. Puede que “Emperor of Sand” sea menos retorcido y más directo que anteriores trabajos, pero sin duda está repleto de contundentes canciones. Podríamos decir que hay mucho de progresivo en este séptimo álbum, pero se mantienen firmes en un esfuerzo por concretar y no irse por las ramas, como una bestia peligrosa que permaneciese atada a una cadena. Utilizan grandes riffs, interludios ambientales, complicadas secciones rítmicas… pero nunca descuidan la atención de la historia musical que están narrando. Nadie como ellos ha sabido hasta ahora recoger la antorcha del metal clásico y a la vez sonar siempre contemporáneos e innovadores.
Como siempre, el arte del disco merece una mención aparte, ya que también ahí son maestros en conjugar un regusto añejo que hace que sus portadas luzcan sin problemas al lado de la de cualquier imprescincible de nuestra historia. La ilustración es obra de Alan “Medusawolf” Brown, a cuyo portfolio os aconsejo encarecidamente echar un ojo. Como curiosidad hay que decir que han sacado una versión de la misma con lápices de colores anti-stress, para que tu mismo la pintes a gusto.
Conceptualmente, y tras malas experiencias personales con el cancer, Emperor of Sand vuelve a reflexionar sobre el paso de la vida y sobre su fragilidad de manera análoga a una larga travesía por el desierto en la que al final, la enfermedad y la muerte siempre ganan. Nuestra única pequeña victoria es caminar el mayor tiempo posible y brindar por cada nueva vuelta al sol.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por MASTODON