Para bien o para mal, a Airbourne, se le ha colgado el título de herederos de AC/DC. Las coincidencias entre ambos agrupaciones son claras: son australianos, la banda fue formada por dos hermanos y practican un Hard Rock directo y fiestero. Aunque no creo que Airbourne pretendan heredar el puesto de nadie, está claro que las influencias están ahí, pero sin convertirse estos en una copia de plástico.
Su primer álbum de estudio “Running Wild”, se publicó hace casi diez años, nos atacan ahora con este “Breakin’ Outta Hell”, ya el cuarto en su carrera. Antes de escucharle, la propia portada, sin ser de mis preferidas, capta la esencia de la banda. Mostrando el rostro cadavérico de su frontman Joel O’keeffe abriéndose hueco con sus manos en la pared.
Musicalmente la fórmula sigue siendo la misma desde sus inicios, Hard Rock sincero, divertido y con letras desenfadadas; por lo que parece no tienen intención de cambiar. Con un total de 11 temas, este nuevo disco ya empieza fuerte con el tema homónimo “Breakin’ Outta Hell”, canción explosiva y muy adecuada para abrir. Tras esta, “Rivarly”, un tema a medio-tiempo donde los coros adquieren gran importancia y le dan mucho juego a la canción. Le siguen “Get Back Up” e “It’s Never Too Loud for Me”, que mantienen la línea propia de la banda.
Destaca en el ecuador del disco: la acelerada “Thin the Blood”, con una base rítmica, sin muchas florituras, rápida y potente, sobre la que se intercalan las guitarras y voz de maravilla. Continua con “I’m Going to Hell for This” y “Down to you”, una de las más gamberras del disco, con alto contenido sexual y un estribillo que se te queda enganchado en la cabeza a la primera escucha.
“Never Been Rocked like This” aporta el matiz más blues rock al disco, con un principio muy americano, conjugado con la caña Hard Rockera propia de la banda. Acercándonos ya al final, “When I Drink I Go Crazy”, el tema más breve del disco y todo una oda al alcoholismo, para seguir con otro corte de carácter sexual, más machacón como es “Do Me Like Do Yourself”. Rematando el disco, “It’s All for Rock n’ Roll”, un tema homenaje a la música que más aman y dedicado en concreto al fallecido Lemmy Kilmister, con quien siempre estuvieron muy ligados, apareciendo incluso en el primer videoclip de la banda.
En conclusión un álbum cañero sin baladas y perfecto para disfrutar en vivo, sin mucha parafernalia, sencillamente crudo y efectivo Hard Rock. Si lo que buscas es escuchar virtuosismo, letras profundas e innovación constante este no será tu grupo, pero pese a eso, si por casualidad acudes un festival y tocan estos tíos, dales la oportunidad porque en concierto te harán disfrutar al máximo con su chute de adrenalina sobre el escenario.
Comentario por Isma Wildside
Fotografía por AIRBOURNE