El concierto de Los Deltonos del pasado viernes, para mí ha sido un auténtico regalo de Navidad. Durante varios meses, me llegué a acostumbrar a poder asistir semanalmente a mi ración de música en directo, aunque tuviese que ser sentada y con mascarilla, seguía estando viva emocionalmente gracias a los conciertos y la gente que allí veía. Tras cortar el grifo, estos últimos meses se me estaban haciendo largos, ya que era completamente imposible asistir a ningún directo porque no había y lo de socializar pues…bastante complicado también.
Así que, una servidora estaba tan emocionada, que sin mirar el reloj me planté en la entrada de ES media hora antes de la apertura de puertas. Me dió igual el frío, ni la lluvia ni leches en vinagre. Además es que, aunque nunca había ido a un concierto navideño de Los Deltonos, sé que son una apuesta segura de concierto como la copa de un pino. Y no soy la única que lo pensó, ya que las entradas se vendieron a la velocidad de la luz, y mucha gente fan de la banda, se quedó sin ir (Pobre Míkel). Los Deltonos son: Hendrik Röver a la voz y guitarra, Fernando Macaya a los coros y guitarras, Pablo Z al bajo y javi Arias a la batería.
Puntual como un reloj, abrieron las puertas y nos fueron situando en las mesas que nos correspondió, como en otras veces el aforo es limitado, nos desinfectamos las manos y en las mesas pueden reunir hasta máximo cuatro personas. Afortunadamente “me tocaron” como compañeros de mesa, a mis colegas de Black 8 Photo, Paloma (Pamacor) y la responsable de estas fotazas como es Sonia Toledano. Lo que sí fue diferente a otros conciertos Covid en ES, es que debido a la situación en la que nos encontramos, no pudieron abrir la barra y se echó mucho de menos poder dar unos sorbitos a una rica birra, pero bueno, una es precavida y llevé un botellín de agua en la mochila.
Tal y como anunciaron en las redes, a las 20:00 hrs. se plantaron en el escenario los chavales de Los Deltonos, no sin mencionar la intro guapa que nos pusieron de la mitiquísima canción de “Lo que el viento se llevó” (no duró tanto como la peli, no). Esta fue la octava edición del Concierto Navideño, me gusta mucho que exista un “aliciente extra” en los conciertos y que acabe convirtiéndose en un evento que nadie se quiere perder. Empezaron a darle caña con “Cero grados” (Para la temperatura que había muy idóneo. Aunque hubo muchos temas que venían muy a cuento esa noche), con un Hendrik muy comunicativo co el público, como cuando comentó que a este paso, algún año iban a contar con un DJ y alguien del público dijo en alto “¡Y cerveza!”. Posteriormente, el cantante indicó que ellos estaban exactamente igual que nosotros en ese aspecto.
Al ser un concierto “de los míticos”, el público es ya fiel seguidor de la banda y tienen mucha confianza con ellos, cosa que pudimos ver durante la hora y media que duró el concierto. “No por nada” y el tema que me peinó para atrás “A qué vino volver”, siguieron con un concierto muy variado, que seguramente dió por el gusto a todo el mundo. También pudimos cantar con temas más rockabillys “..Súbete atrás, agárrate bieen!..”, destacando los solos de guitarra tan limpios y con tan buen gusto que se marcaron. Hendrik nos comentó que éste año se estaba guiando por un gran filósofo catalán que dice que “Bailar sentados es bailar”.
Y cambian de guitarra para darnos un sonido más blusero, “Se descubre el pastel, hay un topo en la comisión..”, siempre con temáticas muy cercanas a nuestra generación. “Cómo os mola cotillear los entresijos del ayuntamiento …”. Con “discotheque” (cómo me encanta esa palabra) doy fe de que todos movimos todo lo que s epuede mover con el culo sentado en una silla, siento ovacionado por el público desde el principio. Y otra de las canciones ovacionadas por el público, “Listo”, que sabemos que hay mucho por ahí de esto comentaban.
El “momento lacrimógeno” fue uno de mis favoritos, ya desde el momento que le veo sacar la harmónica (¡Oooh sii!), dedicada a la gente que ya no está. “Si hay que brindar, brindemos, y si hay que llorar…también”. ¡Santo temón!. Me pasé todo el camino a casa tarareándola. Se nos pasó el cocierto volando, siendo una de las últimas canciones de la noche, una de las míticas de Hidrocarburos “Me huelen las manos a gasoil y chocolatinas..”, no sin indicar que la música local es el mejor regalo que podemos hacer en estas Navidades, y si es en tienda también local, mejor que mejor. Que ya le damos bastante trabajo a Amazon.
Resumen: No me vuelvo a perder el concierto navideño de los Deltonos.
Crónica y vídeos: Álex Kennedy.
Fotos: Sonia Toledano.