¿Sabes esos grupos que no acabas de apreciar del todo hasta que no has visto en directo? Pues Duro son de esos. Cuando en los bares aun se compartían cervezas, sudor y aerosoles, me pusieron las pilas, una de esas tardes tontas en las que te acercabas a un concierto por hacer del fin de semana algo más que sofá y series. Debía ser en la época de Codicia, seguro que fue en La Lambiona.
Power Trio, si funciona, ya sabes lo que significa. Y rara vez no lo hace, porque hay que tener arrojo para salir casi en pelotas a defender el Rock and Roll. Los originales riffs de Jon, las letras a la puta cara, la solidez de Cucu y el empuje de Chivi, que coloca el bombo a hostias por delante de todo ello, me convirtieron aquel día en incondicional.
A lo mejor ya había salido Vive. Puede que lo presentasen allí mismo. El tema es que cuando ese disco sonó en el coche, de vuelta a casa, mi conexión con Duro era mucho más firme. Cuando los colocamos en el cartel del Asubiadero ya sabíamos de sobra que jugábamos con cartas ganadoras y la respuesta de todos y cada uno de los que les descubrieron en el festi nos dió rotundamente la razón.
Se hacen querer mucho los cabrones, nos invitaron a una fiesta para recibir el tercero. Tras el duro confinamiento, los guitarrazos, las tortillas, y la charla con amigos en La Mina de La Gándara de Udías nos supieron a gloria. Una mañana memorable para nunca jamás olvidar.
En su visita a la radio nos dejaron un buen lote de discos para sortear entre la audiencia y así, oyente a oyente, se han ido ganando el derecho a ser reconocidos de nuevo como Disco de la Semana.
¿Qué nos trae Pandemia? Sencillamente ROCK, a secas. Compuesto, grabado e interpretado sin florituras ni miramientos. La sabiduría de Javi Cubex, algunos errores afortunados con sorprendente desenlace, y sobre todo la frescura con la que lo sueltan, hacen que este tercer disco sea como una bocanada de aire fresco tras mucho tiempo sumergidos a la fuerza bajo el agua. De nuevo las letras disparan al morro, echamos de menos la fiesta y el desenfreno, pero esto es lo que tenemos ahora. A lo mejor nos lo hemos ganado a pulso. Ya no importa, hay que apechugar. Si hay que morir, al menos que sea viviendo. Grita.