Aún existen vergeles escondidos en este mundo muerto. Cruzar la verja de la teatrería es pasar el umbral hacia un mundo antiguo, en el que la palabra todavía conserva todo su poder mágico. La reunión tiene algo de clandestina. Sabemos que estamos aquí y ahora, y que lo vivido, como el agua del río que se marcha, nunca volverá a ser igual.
El programa de la VII Muestra Internacional ‘Solo tú’ es tan apetitoso que a estas alturas casi todos los espectáculos restantes presentan Sold Out. Nosotros tuvimos la fortuna de apostar a ciegas por Alfajores de Andrés Cavallín. Una obra de teatro unipersonal, en la que el actor se reparte todos los papeles, meta-interpretándose también como autor, en un continuo diálogo con el público que sirve como puerta de entrada y salida a la ficción.
La obra se amplía en la novela “El pibe de los Alfajores” del mismo autor: Argentina años 60, Los Beatles publican Hey Jude y Camilo Sesto canta Fresa Salvaje. En Hudson Argentina, Alfredo Alcón rueda la escena del beso de una de sus películas y alrededor una colección de personajes se ven inspirados, quieren ser cómo él, formar bandas, robar trenes, le observan brillar en la distancia, se enamoran, viven y mueren. Una vieja radio suena en una ferretería italiana, el golpe militar pone fin a los sueños de libertad.
La capacidad de Cavallín para cambiar de registro, de apariencia, de colección de gestos y forma de hablar nos hacen pasar de la carcajada al nudo en la garganta en cuestión de segundos. Termina la obra y compartimos vino, risas y charla a la luz de la luna. ¡Evohé! ¡Estamos vivos! Ojalá más veces.
Fotos por Aureo Gómez