De un año tan opresivo y extraño como el que hemos vivido no podíamos esperar un disco convencional de casi nadie, menos de una banda como Moonspell que ha demostrado en estas tres décadas una eterna capacidad de reinvención, que sin embargo no ha hecho nada más que afianzar y apuntalar una personalidad en continuo crecimiento. Han viajado del Death Metal al Gothic Rock sin miedo a utilizar distintos enfoques en la narrativa, en la composición y en la producción. Este año de pandemia ha roto las reglas del juego para todos, y Moonspell han decidido ofrecerse de manera directa, desde el encierro, un disco que a pesar de tener algunos singles claramente accesibles también tiene cierto ambiente claustrofóbico y hosco.
A estas alturas no les queda ya nada que demostrar, pero sin embargo siguen haciendo de cada trabajo una entidad propia, con la suficiente personalidad para distinguirse del resto, pero con la suficiente coherencia como para identificar sus personales señas de identidad. Hermitage tal vez no se encuentra entre sus más brillantes entregas, pero continúa de manera muy digna su enorme legado. No se situa de su lado Omega White, ni de su reverso tenebroso Alpha Noir, está a medio camino entre el Ribeiro de la camiseta sudada de tirantes y el del sombrero de ala ancha y candil iluminando la noche. En contraposición a trallazos directos como The Greater Good o Common Prayers nos encontramos con composiciones pausadas, reflexivas y desarrolladas como All or Nothing, Entittlement, Without Rule o la instrumental Solitarian en las que vivimos los momentos más melancólicos de todo el trabajo. En gran parte estos temas largos y con tempo lento hacen que el disco no tenga un efecto inmediato, y que su digestión necesite de bastantes escuchas, sin llegar a romper de forma rotunda, pero consiguiendo un ambiente inigualable.
Hermitage, el tema que titula al álbum, funcionará muy bien en directo, con ese estribillo que te anima a alzar las manos, pero de momento transmite una sensación de inquietud al imaginarla ante aforos limitados, distancia social y máscaras cubriendo rostros.
In the circle of life and sin
On this day of apocalypse
On our way to hermitage
It’s the return to innocence
En la edición especial continuan su larga tradición de rendir culto y pleitesía a bandas que les han influído de una u otra manera, y en esta ocasión llevan a su estilo el Darkness in Paradise de Candlemass de forma muy acertada.
Por cierto, el arte es espectacular, y dejá clara la inspiración y estado anímico que transmite el disco mostrando un heremita abandonando la ciudad (City Quitter). Es en la versión de Vinilo y en digipack en donde mejor luce, con su logo resaltado en brillantes letras doradas.