Algún día en el futuro nos pondremos a hacer el balance de las cosas malas y buenas que nos ha dejado esta pandemia, y aprenderemos que pese al jarro de agua fría que fue tener que suspender “Miengo Cultura” a pocos días de su celebración lo que hemos obtenido a cambio es mucho más valioso; la dinamización continua y pausada de espacios pequeños como el Centro Cívico de Cudón dota a Miengo de una agenda cultural impagable, de las que a la larga hacen mella en la población. Parece que los datos con respecto al virus son positivos, toca ahora aguantar el lance y no ceder el terreno ganado.
Esta semana teníamos teatro de pequeño formato a traves de la iniciativa Enredarte y contando en esta ocasión con la compañía Arte en Escena. La oportunidad de ver junto a otros pocos privilegiados a una grande como Marta López Mazorra interpretando a Penélope no la podíamos dejar pasar, y como bien decía una señora del público a la salida fue un auténtico regalo. Un regalo construido a base de esfuerzo y un regalo que nos pertenece a los ciudadanos por justicia, aunque no solamos reclamarle con tanta frecuencia como deberíamos, pero un regalo, porque disfrutar de las expresiones artísticas de los demás siempre lo es.
Quién no conozca a estas alturas a Marta puede echar un vistazo a su curriculum y quedarse sentado de culo. La tía es una todo terreno que ha hecho cortos, cine y tele, teatro clásico, musicales, recitales poéticos, obras infantiles, ha dirigido y escrito sus propias obras, ha colaborado con entidades como el Mas o el Museo Altamira e incluso ha trabajado escribiendo espectáculos para el parque Warner o Port Aventura.
Acompañándola en esta ocasión estaba Armando Herreros, viejo conocido del programa por haber formado parte de grupos como Brigantia, Acoplados, Mighty Panzas o Zen, aunque últimamente nos le hemos encontrado como titiritero al cargo de Tururú Títeres su propia compañía.
Penélope Liberada es una versión en espejo de la Odisea, que nos narra la historia desde el punto de vista de la que se quedó en casa esperando mientras Ulises guerreaba y se llevaba la fama y la gloria. La obra pone en tela de juicio los elementos clásicos desde una perspectiva moderna y feminista, con Marta entrando y saliendo del personaje con una facilidad pasmosa y Armando poniendo ambiente con el cajón flamenco y el hang drum, además de colaborar con su voz como un personajes secundario que no quiero desvelar. La espera del ser amado, el patriarcado, la conciliación familiar, el empoderamiento, la dignificación del trabajo del hogar… se mezclan en un torbellino que pasa en segundos de la comedia a la tragedia y a ratos nos conmueve mientras que en otros nos divierte o nos hace cuestionar nuestras escalas de valores y las de las historias clásicas. Visualmente es muy sencilla y a la vez muy potente, gracias sobre todo a la expresividad corporal de marta y a una sobria pero muy bien aplicada iluminación.
La semana que viene tendremos sobre el mismo escenario a Gorka Hermosa, otra oportunidad de oro para disfrutar en el entorno cercano de artistas valorados a nivel internacional. No se si todo el mundo es muy consciente de lo que tenemos al alcance de la mano.