“No recordamos los días, recordamos los momentos”, dijo el escritor italiano Cesare Pavese, el siglo pasado. Una reflexión, que ha emergido con más fuerza tras todos estos meses de pandemia.
Acostumbrados a la inmediatez en que hoy en día recibimos la información, todo ese proceso se había acelerado y retorcido de una manera descabellada, llegando un punto, de no ser consciente de ningún momento específico, bombardeados por ingentes cantidades de información como si fueran una lluvia de estrellas caótica. Entonces el mundo se detuvo, llegó la calma que hasta entonces no habíamos tenido y volvimos a valorar las cosas más sencillas, las que realmente nos emocionan, las que perduran.
En nuestro caso en lo que se refiere a conciertos, nos agarramos con fuerza a los eventos de pequeño formato, con sillas, y la pertinente limitación de aforo. De tal manera, que lo que en un principio podía parecer un muro infranqueable, al final supuso, dentro de la restricción, una manera de que disfrutáramos de nuevas emociones, de redescubrir locales que ya estaban ahí, al lado de casa, pero que estaban infrautilizados, lo que nos permitió estar mucho más cerca del artista, todo ello, de una manera mucho más tranquila y sosegada. Este planteamiento en estilos musicales más tranquilos estuvo muy bien, pero cuando la caña era la protagonista, eso de tener que bailar sentado, era un poco deprimente, es por ello, que estábamos esperando con ansias, que las restricciones se relajaran, como así ha sido, estas semanas con la eliminación de las sillas, aunque conservando las mascarillas en el interior, como es lógico, donde más riesgo existe.
Con vía libre para disfrutar de los conciertos a la antigua usanza, nos trasladamos en esta ocasión a la vecina Asturias, como buena tierra de reconquista, para recibir de nuevo el abrazo de las alas del metal por todo lo alto gracias a ZENOBIA, que pondrían patas arriba la mítica sala Sir Laurens de Oviedo.
Todos estos meses de parón por las restricciones, han tenido especial repercusión en el ocio nocturno y las salas de conciertos, en este caso, 20 meses después, volvía a abrir sus puertas la sala Sir Laurens. Llegaríamos sobre las 20H, hora estimada de la apertura de puertas, aunque luego se demoraría unos 25 minutos. Ahí estábamos en el umbral, de una sala a la que he ido varias veces, con muy gratos recuerdos, como la primera vez que vi y descubrí a los grandes Arenia, hallá por el 2017, que compartían cartel con unos tal Rage. Siendo una de esas salas que desde fuera engaña bastante, al tener un frente pequeño, pero que luego dentro es bastante grande, con capacidad para unas 300 personas.
Una vez se abrieron las puertas, y entramos, fue como un auténtico viaje en el tiempo sumergiéndonos en la oscuridad de la sala, fue una auténtica gozada, además de reencontrarnos con compañeros de la armada asturiana de este mundillo. Por un lado Larry Runner (master de Diario de un Metalhead), al que no había tenido la ocasión de conocer en persona, que en este caso haría labores de producción del evento; Jorge López Novales, el escritor de moda, gracias a su libro «Superhéroes, Guerreros y Magos viajan en Naves Espaciales», fotógrafo y redactor de Diario de un Metalhead. También coincidimos con uno de los grandes del objetivo de este país, Sergio Blanco, a punto de inaugurar una exposición fotográfica reviviendo el concierto que ofreció, Iron Mainden en el Metropolitano de Madrid el 14 de Junio de 2018, que tendrá lugar el FNAC del Parque Principado de Asturias, desde el 30 de Octubre hasta el 07 de Enero de 2022. Para la inauguración contará con la actuación de Pablo García y Rafa Suárez a las 20H.
Aunque al principio la afluencia de público parecía bastante escasa, al final se animaría bastante, acompañando a la banda como se merecían en su reencuentro con el público.
Hablar de Zenobia, encabezada por Jorge Berceo, una de las mejores voces del metal de este país, es sin duda, hacerlo, de una de las grandes bandas del heavy clásico cantado en castellano, tal vez junto a Dünedain, y mis queridos Emboque, gracias a la renovación del estilo, conjugando lo mejor del modo más clásico, compaginado con una vena más power, todo ello aderezado con la fuerza que meten en sus composiciones y a la postre en sus conciertos. Además La Rioja, su tierra natal, también se ha mostrado en una gran cuna de bandas de metal, como son Infamia o Tierra Santa.
Las últimas veces que los vería, creo recordar, que fueron en el Metal Norte de 2018, en la sala Tunk! de Irún y la más reciente, en el X Euskal Metal Fest en Abril de 2019 en Donosti, siendo siempre eventos inolvidables, así que siempre que hay oportunidad de que actúen cerca, como sería en esta ocasión, allí nos fuimos.
En esta ocasión venían a presentar su nuevo larga duración, titulado «VI», que ya nos da una pista de que se trata del 6º de su carrera, además parece ser un punto reflexión, de ver lo que se ha hecho hasta ahora y dar un salto al futuro. Grabado entre los meses de Enero a Mayo en el Trackstereo Estudio de Logroño y publicado por Maldito Records, en septiembre de 2020. Como le ocurrió a muchas bandas, vieron su lanzamiento paralizado por la pandemia. Comenzando la gira esa noche en Oviedo. La publicación de este nuevo trabajo, se vio precedida por la marcha de la banda del Jack Sparrow de las 6 cuerdas, el amigo Víctor de Andrés, tras 6 años en la banda, por la pérdida de confianza, que posteriormente ingresaría en Mägo de Oz, así como otros componentes, de tal manera que en la actualidad la banda la componen: Jorge Berceo (voz), Javi Herrero (batería); siendo los únicos que quedan de la formación original, junto a Ernesto Arranz (teclados); Héctor Hernáez (bajo) y sus dos últimas incorporaciones: Marcos Lorente y Mario Suarez (voz de Red Wine), ambos a las 6 cuerdas, siendo el concierto de esa noche, su estreno en concierto de gira.
Comenzarían la descarga sobre las 21:10h, tras una intro y con el tema que abre el disco “Sin Perder La Pasión”, que entra como un auténtico cañonazo “como un caballo ganador”, en el que desde las primeras notas, se aprecia, el especial protagonismo de los teclados en este trabajo, con buenos solos, junto a un Jorge a la voz espectacular, que nos haría sentir de golpe, el metal de verdad, con las guitarras rugiendo como antes. Tras saludarnos, y sin abandonar su último disco, llegaría uno de los grandes himnos de este trabajo, “La Danza del Diablo”, un auténtico homenaje a nuestra música: «(…) Sentimiento a flor de piel que me hace estremecer. También tú lo has sentido y lo sabes bien. Es el sonido, es el poder de una canción. Que te llega al corazón. Y es aquí en este escenario donde explota la pasión. Esa magia que se extiende entre tú y yo (…) Siente que el mundo hoy se pone a tus pies. El hechizo ya te empieza a recorrer. Lo veo en tus ojos, sé que te atrapó. Y que hasta el alma te robó (…)». Flanqueado por los teclados, y las guitarras, la voz de Jorge sube a un nivel tal que inundó hasta el último rincón de la sala, empujando a todos los presentes a alzar de nuevo los puños al cielo, a mostrar con orgullo los cuernos del metal. Habíamos vuelto y no teníamos límites.
A continuación Jorge, nos saludaría con más tranquilidad, agradeciéndonos la asistencia, -por fin sin sillas-, anunciado el estreno esa noche de Marcos y Mario a las guitarras, para dar paso al contundente tema “La Fiebre del Oro”, del «Supernova», en el que las guitarras sonaron como una apisonadora, con gran fuerza junto a la línea de bajo y batería. Tema muy oportuno, en momentos como estos, en los que tuvimos que aparcar el exceso de ambición, para disfrutar de lo más sencillo.
Tras la caña, llegaría la calma con el turno para una de sus baladas clásicas, el emotivo “Vuelve” del «Armageddon», muy coreado por los asistentes.
Retomaría el último trabajo con los temas “Sigo Rugiendo”, con un aire blusero burlón, aderezado con puntos hard, buenos solos de guitarra y de teclados, siempre con la voz de Jorge poniendo la guinda.
Seguirían con el momento de la épica del disco con “El Último Bastión”, tema dedicado a la batalla de la Termópilas, una oda a la libertad, si la esperanza fuera una canción, seguramente sería como esta. Destacando los coros de Mario a la voz, le dan al tema un paisaje épico tremendo.
Con la gente muy animada, llegaría el turno de otro de los clásicos de los inicios “Ícaro” del «Alma de Fuego», muy demandada por los asistentes, siendo también muy coreada, con su épico estribillo: «(…) Volar hasta alcanzar el sol. Volar sin miedo, sin temor. Volar tan alto que sus alas derritió. Sin importarle nada más. Que conquistar la libertad. En el instante que alcanzo la eternidad (…)». La banda se veía muy cómoda en el escenario, los dos guitarras, le dan una gran fuerza y se nota en el desarrollo de los temas.
Iban cayendo himnos como “Corazón de Hielo” del «Alama de Fuego II», muy coreada por los asistentes. Regresarían al último larga duración con “No Me dejes Caer”, un tema muy elegante, gracias a los teclados y la voz de Jorge haciéndote volar, que en algunos de los registros me recordaría al amigo Morti.
Los asistentes estaban en plena efervescencia, tanto es así, que una chica gritaría -Jorge quiero un hijo tuyo-, ante el aprieto y con una sonrisa, sin abandonar el disco, tras un solo del bajista, llegaría el turno de “Tu Amistad”, uno de mis temas favoritos del disco, con gran protagonismo de los teclados, y las guitarras, con un potente mensaje en la letra: «(…) Sólo hay que entender. Que la vida es tan solo una vez. Y que el tiempo se va y nunca más regresa. Hoy lo sé muy bien (…)», también muy oportuno, en este periodo impás mundial. El tiempo se nos ha esfumado sin casi enterarnos, quedando como un vago recuerdo, parece que fue ayer cuando todo paró, pero en realidad han pasado casi 2 años.
Agradecerían la asistencia y se sorprendía con agrado que la gente se conociera las letras de los nuevos temas, continuando así recorriendo un repertorio de unas 20 canciones, destacando temas como “El Sueño de Un Loco” del «Supernova», tema reivindicativo, contra las dictaduras, venga de donde vengan.
El nuevo protagonismo del Ernesto al teclado, tendría su gran momento, con un solo instrumental, en el que creo una atmósfera especial y oscura, que me trajo a la cabeza, a Twin Peaks.
Uno de los momentos más estelares, sería el momento del medio tiempo “Ante tus ojos” incluido en su primer disco «Luchando Hasta El final», tal vez uno de sus mejores temas y una de las mejores baladas del metal en castellano, que ha quedado ya para la posteridad. Tenía duda de como suplirían la espectacular entrada del Víctor de Andrés del vídeo de la versión que sacaron para el disco de baladas de 2016, pero con los guitarras actuales, Marcos y Mario, sacaron adelante el tema a la perfección. Viviéndose momentos muy emotivos, al cantar el público el tema en solitario.
La épica volvería a resurgir con fuerza, con otro de sus temazos “Ángel Negro” del «Alma de Fuego II», llenando la sala de puños en alto, coreando el tema. Tras ello, nos indicarían que nos estábamos acercando al final del concierto, para poner el foco en su 6º disco, con el tema que lo cierra “El Príncipe de la Oscuridad», dedicado a Drácula, otro tema espectacular, con Jorge directo a nuestros cuellos. Grandes solos de guitarra y de teclados, además de pasajes medievales muy buenos adornando el tema.
Al terminar el tema, la banda abandona momentáneamente el escenario, dejado música pregrabada, para volver al cabo de unos minutos y encarar ahora sí, el final de sus casi dos horas de concierto , comenzando por otro de mis temas preferidos de su repertorio “Borraré tu Nombre” del «Supernova» muy coreado, pasando por otro temazo, de lo mejor del último disco titulado “Jamás”, todo un himno, al no rendirse y a seguir adelante ante las adversidades, con el teclado una vez más, poniendo su sello. Dedicado a la organización del evento y a todos nosotros, por estar ahí apoyándoles.
A continuación desatarían “La Tormenta” del «Alma de Fuego», un tema más heavy clásico, en el que la voz de Jorge suena tremenda.
Concluirían el concierto, con su tema por encima de todos, “Lo Llevo en la Sangre» del «Alma de Fuego», coreado por toda la sala, siendo el chute perfecto de energía que necesitábamos para reencontrarnos con el metal en vivo.
La marcha de Víctor de Andrés, a parte de su faceta musical como guitarrista, que no vamos a descubrir ahora, lo que nos ha privado, es del show en sí mismo, que era verle actuar, con ese atuendo a lo Jack Sparrow, los muñecos de Pesadilla Antes de Navidad sobre el amplificador y por encima de todo, admirar esas guitarras a medida tan espectaculares que llevaba. Dejando al margen todo eso, que al final es la parte visual, bandas como esta con una voz tan particular y tan espectacular, son el 90% de la personalidad de la misma, pero siempre es necesario, dotarla de contundencia que gracias a los dos nuevos guitarras, Marcos y Mario, se la ha dado y con creces, junto al creciente papel de los teclados de Ernesto y la línea de bajo y batería, le han dado a este último disco, una tremenda personalidad, siendo a mi juicio, de lo mejor que han publicado hasta la fecha, como así comprobamos en su gran actuación de esa noche. La otra pega, que les pongo, como ya me pasó en la actuación de Donosti, que no llevaran alguna pancarta para poner detrás con el logo de la banda, ya queda un escenario muy desangelado, peor bueno, se lo perdonamos, ante el bolazo que vivimos, toda una vuelta al furor de los conciertos en vivo a la antigua usanza, pudiendo ponerte en las primeras filas y disfrutar del los músicos en todo su esplendor, y poder movernos alzando el puño del metal.
Como en otras ocasiones, la Sala Sir Laurens, un lugar esplendido para disfrutar de los conciertos en la capital asturiana, con una agenda muy interesante estas semanas, así que estar atentos, NdR estará allí para contároslo.
John Man
Sa, 24/10/21 – Sir Laurens (Oviedo)