Aunque fueron muchas las referentes femeninas en el heavy metal ochentero (Leather Leone, Kate de Lombaert, Jutta Weinhold, Maryann Scandiffio, y un largo etcétera que aún siguen en activo), es innegable que Doro -“La Metal Queen” como muchos fanáticos se refieren a ella cariñosamente-, es una de las figuras más emblemáticas de dicha generación.
Y antes de entrar a desgranar el album, me gustaría puntualizar que cuando hablo de un grupo donde alguno de sus miembros da la casualidad de que es una mujer, me niego a utilizar el término “female fronted band” o “metal femenino”, porque estamos hablando de música, no de en qué parte del cuerpo tienen los bultos los músicos. Y a veces bajo esa ridícula etiqueta se tiende a juntar bandas que estilísticamente no tienen nada que ver (desde power metal a death, pasando por hardcore punk y metal gótico), todo porque hay presencia femenina en sus filas. Dicho esto, sí que he querido aprovechar la oportunidad para mentar en el primer párrafo a otras cantantes de heavy metal que harán las delicias de cualquier fan de Warlock, a fin de ayudar a visibilizar a grupos más underground, pero que tienen una calidad impresionante, y que además en su época (e incluso ahora) lo tuvieron más difícil por el hecho de tener mujeres como vocalistas.
Dicho esto, vamos manos a la obra…
“Triumph and Agony”, editado en 1987, fue el último largo que vio la luz bajo la firma de “Warlock”, dado que, a finales de la década Doro Pesch era el único miembro original que quedaba y decidió continuar con la banda nombrándola simplemente “Doro”.
Este cambio de nombre también marcó el final de una etapa, pasando del hard and heavy y el característico power metal alemán de los cuatro primeros discos, a un sonido más comercial. Así pues, para los fanáticos del heavy metal, este es uno de los mejores discos que parió la banda teutona y el último que suena puramente a Warlock.
Nada más darle al play, la poderosa voz de Doro Pesch, sin ningún instrumento que la adorne, nos grita el estribillo de su ya icónico “All we are”. Este tema es el himno por excelencia de Warlock, que además contó con un videoclip con toda la imaginería típica: melenas al viento, guitarras, coches, explosiones y la banda haciendo sus mejores poses. El tema es simple, pero efectivo y tremendamente pegadizo. Un hit en toda regla.
Con “Three Minutes Warning” la cosa ya se empieza a poner interesante, con riffs rápidos ejecutados por el tándem de Niko Avanitis y Tommy Bolan, y una agresiva Doro que casi escupe las palabras. El tema que le sigue, “I Rule the Ruins”, tiene una magnífica introducción con un riff bien hard rockero, los coros son espectaculares y, como el propio título delata, te transporta a algunas ruinas lejanas donde te puedes imaginar a la banda rigiéndolo todo.
Si a estas alturas ya teníamos claro que Warlock tenían mucho que ofrecer, la cuarta pista, “Kiss of Death” es una auténtica delicia. La voz empieza suave, casi susurrante, hasta que estalla con todo su poderío. El trabajo de guitarra también es muy competente, regalándonos un gran solo a mitad de tema. El final, con un doble pedal de Michael Eurich machacando el estribillo, es epiquísimo.
Y aquí llega el momento de la “power ballad”, como no podía ser de otra manera en un disco de heavy metal clásico. “Make Time for Love” es una canción evidentemente cursi (el glam estaba golpeando fuerte en esta época), pero es un gran tema con momentos bastante memorables y una buena melodía.
La balada nos ha ayudado a coger aire para lo que se viene ahora. Tres trallazos llamados “East Meets West”, “Touch of Evil” y “Metal Tango”. Esta parte del disco me recuerda, salvando las distancias a bandas como Accept e incluso Judas Priest (¿la intro del “Touch of Evil” no os recuerda a algunos temas del “Painkiller”? Casualidad que precisamente haya también una canción llamada así en el disco de los ingleses). La Doro se desgañita lanzando sus mejores gritos llenos de rabia (a ratos parece que se va a reventar la garganta), las guitarras van a todo trapo, y la parte rítmica está muy bien trabajada. Es sin duda mi parte favorita del disco, y la que más genuinamente HEAVY suena.
“Cold, Cold World”, no es un mal tema, pero se queda un poco cojo comparado con los anteriores. Da la sensación más bien de ser una pista de relleno.
Finalmente, cerrando el disco, tenemos la balada por excelencia (¿Querías caldo? Pues toma dos tazas). Para mi gusto, menos empalagosa y más original que “Make Time for Love”. Además, “Für Immer” cuenta con la curiosidad de ser la única canción cantada en su lengua materna en el álbum, y en toda la carrera de Warlock que yo recuerde, e incluye además una frase en español (“Hay una promesa en el sonido”). El ritmo de la batería, prácticamente marcando una marcha militar, es uno de los elementos que más me gusta de esta canción. También este tema tuvo su videoclip: Doro en una barca, Doro con un caballo, y Doro mirando triste a través de los cristales de una noche lluviosa. Topicazo, pero maravilloso.
Como reflexión final, añadir que el sonido de este “Triumph and Agony” es menos crudo y más melódico que los tres discos anteriores. Seguramente debido al hecho de que Warlock había perdido a sus dos guitarristas originales (Rudy Graf y Peter Szigeti), y ya se estaba empezando a vislumbrar que el sonido de la banda pronto iría por otros derroteros.
En definitiva, un gran álbum, imprescindible, repleto de melodías interesantes, riffs muy bien trabajados que van desde el hard rock más dokkeniano a solos afilados al más puro estilo de Judas Priest. La voz de Doro, qué decir… La modula a su antojo, cargándola de diferentes matices según lo que quiera transmitir. Si aún no lo has escuchado, hazlo. Y si lo haces y te gusta, no olvides repasar las bandas de las mujeres mencionadas en el primer párrafo.
Lia Lawless