Un día cualquiera de invierno Edu le dijo a su compañero de trabajo “Ey David, a ver cuándo voy a tu casa a grabar unas guitarras”. Dicho y hecho, grabaron guitarras, bajos, baterías… Ambos tenían claro que el material que grababan prometía ser de calidad, a falta de una voz que le diese el toque definitivo. Inmediatamente se pusieron en contacto con Nacho, vocalista que había participado con David en proyectos anteriores. Dando lugar al nacimiento de La Mano del Muerto En La Mano del Muerto confluyen 3 formas distintas pero compatibles de entender la música. Arpegios, riffs y distorsiones combinados con voces melódicas y cuidadas letras completando así una serie de canciones que dan comienzo a una carrera llena de buenos momentos.
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