Dentro de esa avalancha de black metal que conquistó el mundo desde Noruega a principios de los 90, se encontraba un grupo de inconformistas a los que las marcadas reglas estilísticas del género pronto se les quedaron cortas y que se han dedicado a expandirlo a lo largo de las siguientes décadas. Entre los principales exponentes de este grupo cabe citar a las bandas Arcturus, Ulver y al protagonista de esta reseña, Vegard Sverre Tveitar, más conocido como Ihsahn. El que fuera miembro fundador de los míticos Emperor lleva ya tiempo demostrando en su carrera en solitario la amplitud de sus influencias e intereses. En ese sentido “Arktis” es otro paso más en su evolución, jugando con elementos ya presentes en obras suyas anteriores pero completado por un magnífico trabajo en la composición de los temas y de los arreglos. El resultado combina elementos de metal de vanguardia con extremo o progresivo, incluyendo toques industriales en temas como “South Winds” o “Frail” o guiños al avand garde, cuya escena escandinava es también muy interesante, como la presencia del saxo en “Crooked red line”.
Aunque el talento de Ihsahn es más que suficiente para realizar obras de este calibre, más teniendo en cuenta sus habilidades como multiinstrumentista, la colaboración de gente como Einar Solberg de Leprous y Jorgen Munkeby de Shining en las voces, asi como del guitarra y vocalista de Trivium Matt Heafy ayudan a redondear el resultado. Es también Jorgen Munkeby el saxofonista que aporta las influencias de jazz en la citada “Crooked red line”. Aparte de este aspecto, las colaboraciones vocales resultan de lo más interesante del disco, ayudando a resaltar magníficas melodías con voces limpias en casi todos los temas del disco. Estas líneas melódicas contrastan con las partes más vanguardistas de temas como “South Winds” o “Into the vaults” o las más cañeras como “Mass darkness”, dándole un plus de accesibilidad a las mismas que posiblemente no existía en anteriores entregas. Otro punto fuerte de Ihsahn es su habilidad para crear ambientes que causen desasosiego, mediante el inteligente uso de teclados y la voz rasgada medio susurrando. El mejor ejemplo de todo esto se encuentra en el que, quizás, sea el mejor tema del álbum “Into the vaults” en el que un inicio absolutamente inquietante da paso a una brillante armonía vocal. En “Until I too dissolve” la canción se sostiene sobre un riff de guitarra bastante más clásico y una nueva línea vocal memorable. “Pressure” y “Frail” se acercan nuevamente al metal de vanguardia, mientras que en “Crooked red line” incorpora elementos de jazz a la mezcla. Finalmente, “Celestial violence” representa otra de las cumbres del disco, un tema que empieza con un cierto lirismo contenido y que explota en el, por llamarlo de alguna manera, estribillo. Para cerrar el disco, un piano minimalista y un narrador en noruego despiden el disco con esa sensación de inquietud que tanto domina Ihshan. Sin duda, de lo mejor que llevamos en este 2016.
Comentario por Oscar García del Pomar
Fotografía por IHSAHN