A lo mejor no petamos la sala. Para hacer sold out hace falta que la demanda sea más que la oferta. Una vez me contaron que las patatas no empezaron a consumirse masivamente en España hasta que los cultivos empezaron a estar vigilados. A lo mejor no fue así, pero me vale el ejemplo. En pandemia, cuando no se podía, todo el mundo quería. Ahora que se puede, ya no tanta gente quiere. Le podemos echar la culpa al futbol o a la burbuja, pero que más da, como me dijo un viejo siniestro en una de las fiestas góticas que montábamos en los 2000s “Al final se irán, con sus corsets a otra parte, y quedaremos los mismos cuatro que ya estábamos de antes”.
Metimos 60. Suficiente para las cloacas. Mejor 60 convencidos que 200 por la postal. Tanto postureo me pilla un poco viejo. Unimos fuerzas con los que nos creen, con los que respetan y saben de que va esta mierda, aunque nunca cuadren las cuentas para los que viajan desde fuera.
A cuatro bandas se hace buena fuerza. Tudancas, Ídolos, Ejemplares y nosotros, como en una puta trainera rompiéndonos los brazos. Menuda noche inolvidable.
Los vascos le tenían ganas a los de aquí. Se han prodigado menos de lo que debieran, pero los ecos han resonado fuerte y claro, mucho más allá del extrarradio. Llegar y convencer. El último fue de sentados y la gente tenía ganas de baile. Con barbotas y desarrapados, más guarros y más perros, punk desde las tripas. Quién no lo sufre no lo entiende. Escribir así no se finje, me decía Txarly. Se han hermanado un poco, parece, a ver si esto sirve para derribar otro muro, que falta hace.
Desde La Casa Usher, a Carniceros, pasando por Radiocrimen y ahora Los Ejemplares todo lo que toca Txarly se convierte en Oro. Bueno, en oro no, el oro no sirve para nada. Se convierte en tiempo memorable, se convierte en momentos por los que merece la pena estar vivo. En un recordatorio para apurar la copa antes de que se termine. Futuro cadáver.
La experiencia puede más que el desgaste del tiempo. Al frente un titán, sujetando los cimientos una leyenda como Rafa Balmaseda. Se mezclan los repertorios. Se guiña a Carniceros y a Parálisis y el New late y suda. La honestidad dicta, las canciones se han venido interpretando en distintas etapas de ambas historias, y ahora suceden juntas. Pero ojo, esto no es ningún tributo, dos dos discos y dos EP’s dejan claro que Los Ejemplares caminan solos y tienen suficiente fuerza para arrastrar y llevarse por delante a quién lo dude.
Estamos exhaustos. La mañana siguiente el cansancio y la excitación restante echan un pulso y gana la segunda. Parece mentira que tanta letra triste nos alegre para toda una semana.
Palabras y vídeos: Oskar Sánchez
Fotos: Sonia Toledano