La Sala Robayera inicia su andadura a finales de los ochenta del siglo XX en el municipio de Miengo, primero en la sala de exposiciones del Ayuntamiento y después en las antiguas escuelas de Cudón, donde se encuentra en la actualidad. Pionera en la descentralización del arte en el medio rural en España, la Sala Robayera demostró que se puede emprender un programa cultural de calidad desde un pequeño enclave rural de carácter periférico. Su artífice es el pintor Juan Manuel Puente, que puso en marcha un programa expositivo atento a la contemporaneidad artística, por donde han pasado algunas de las voces más sólidas del panorama creativo del último medio siglo, siendo en muchos casos su primera comparecencia en Cantabria. Las donaciones de los artistas que fueron sumándose al proyecto vertebraron una colección que supera en la actualidad el centenar de piezas entre pinturas, dibujos, grabados, esculturas, fotografías y técnicas mixtas, que recorren un arco temporal que se inicia en los primeros ochenta y llega hasta el presente. Hoy constituye un valioso legado del viaje emprendido hace más de tres décadas.