“Querido lector: estas cuatro herramientas son necesarias para la integración en la sociedad de personas con distintas capacidades. El bastón, herramienta esencial; el perro, insustituible; el teléfono, imprescindible; y el ordenador, necesario. Con ellas he conseguido mi sueño”. En este libro se relata a través de varios capítulos la experiencia vital que supuso para el autor quedarse invidente, el duro aprendizaje posterior que tuvo que hacer para adaptarse a su nueva vida y la feliz relación que tuvo con su segundo perro-guía, de quien narra anécdotas que evidencian el amor que le tuvo. En su obra, el escritor cántabro hace un sentido homenaje a este perro-guía, un Golden Retriever llamado Gaynor, que durante mucho tiempo fue el lazo de unión entre el mundo y la oscuridad en la que vive el autor desde que a los 42 años comenzó a perder la vista. No obstante, este hecho no ha sido impedimento para frenar el sueño de contar al mundo las experiencias a las que se enfrentó junto a su compañero de cuatro patas.