El tiempo pasa para todos, pero parece que en los últimos años alguien ha estado enredando en ese reloj que todo lo controla y parece que todo va demasiado rápido. Ni me había enterado que Kansas habían sacado un nuevo disco llamado “The Absence of Presence” en el 2020, aunque es bastante cierto que la promoción de nuevos lanzamientos de bandas con carreras tan largas suele ser inexistente.
Es importante destacar que Steve Walsh, cantante, teclista y principal compositor de la banda, abandonó la formación en el 2014. El caso de Steve es bastante curioso, ya que en el 2000 sacó un álbum llamado “Glossolalia” con el que conecté desde el primer momento. Se trataba de un disco en el que se buscaba explorar otras sonoridades tal vez más modernas en vez de repetir la fórmula una vez más. No obtuvo el éxito que creo que merecía, y creo que lo merecía. Tal vez se debe a que se trata de un artista condenado a repetir una y otra vez la misma fórmula que lo puso en el mapa.
En cuanto al resto de los componentes, las labores de vocalista se dividen entre Ronnie Platt y Tom Brislin, teclista de la banda. Zak Rizvi y Rich Williams (guitarrista con un parche en el ojo después de perderlo en un accidente de pirotecnia cuando era joven) se encargan de las guitarras y de la producción. David Ragsdale se encarga del violín que vuelve a ocupar un lugar predominante en el sonido de la banda. Billy Greer y Phil Ehart son la base rítmica del proyecto, siendo este último junto a Rich Williams los únicos
componentes históricos de la banda.
Los últimos Kansas que había escuchado habían abandonado la senda del rock progresivo para llevar a cabo un Hard-Rock muy potente y que me había gustado mucho en discos como “Freaks Of Nature”, así que no me esperaba un disco con reminiscencias de clásicos como “Leftoverture” o el mítico “Point of No Return”. El resultado es una mezcla entre esas dos sonoridades, encontraremos pasajes muy rockeros con riffs tan potentes como en el segundo tema “Throwing Mountains”, uno de mis favoritos del disco, o temas más progresivos y que recuerdan sus trabajos en la década de los setenta, reflejado en temas como “The absence of Presence”, que abre el disco, o en la instrumental “Propulsion”.
Los temas que más me han enganchado son el ya citado “Throwing Mountains”, el tema que cierra el disco, “The Song the River Sang”, un 7/8 que te lleva a los trabajos más clásicos de la banda, y posiblemente “Animals on the Roof”, que me ha recordado mucho a YES.
En conclusión, podríamos afirmar que se trata de una puesta al día de los elementos propios de los años 70 con una gran producción, aunque parece que en ningún momento se han planteado aportar nada nuevo a la fórmula. El disco está muy bien, la banda parece en forma, pero se vuelve a repetir algo que he comprobado en los últimos trabajos de bandas como los mencionados Yes, parece que se han convertido en una banda que intenta imitarse a sí misma, en vez de arriesgarse en busca de algo nuevo.
Así con todo lo recomiendo para todo aquel que esté adentrándose en el rock progresivo o para aquellos seguidores de los grupos históricos del rock, siendo Kansas una de esas bandas que deben estar en esa lista de grupos que merecen mucha más atención.
Chus Gancedo