Una vez más, el Espacio Creativo JM Illera de Torrelavega se convertía en epicentro musical y cultural de la comarca del Besaya. Espacio destinado al ensayo y muestra del trabajo de bandas locales, y en algunas ocasiones, bandas afines también del circuito underground estatal. Si nos ceñimos a la definición puramente geográfica, pues si, lo de la noche de ayer de MEDUSSA fue un concierto de una banda local, o regional. Son de aquí, no hay más debate. Si nos ceñimos al apartado profesional, son una banda underground, no viven de esto. Pero si nos ceñimos al apartado musical… por la parte tanto de NEILA como de MEDUSSA es de esas noches en las que no te parece estar viendo un concierto amateur, local, ni underground, ya que se te plantan unos musicazos, con un directo y una profesionalidad encima del escenario muy por encima de otros grupos de caché.
Comenzaron NEILA, con una puntualidad casi británica, demostrando lo que acabo de describir en el anterior párrafo. Desde 1999 destrozando cervicales. Viejos conocidos ya de la escena norteña, han visitado Cantabria en varias ocasiones, e incluso han compartido split con los ¿extinguidos? Wayne publicado en 2012. Buena descarga de post-doom/sludge que han sabido ir adaptando a su rollo con el paso del tiempo y de sus trabajos. Desde las raíces de Black Sabbath pasando por Mastodon, y gustándose con Isis o Cult of Luna. El último álbum, por cierto, “Tronos Ardiendo” de 2016… lo empezamos a tener ya muy masticado y lejano. Hay ganas de grabación nueva!
Dejaron el trono ardiendo para que pudiesen subir MEDUSSA a presentar a los torrelaveguenses su último trabajo, “Xibalbá”, su trabajo de post-metal instrumental quizá más oscuro y pesado de todos los que han publicado, siguiendo quizá el camino inverso que el resto de bandas del estilo.
En uno hilo de Twitter, la periodista cántabra Paula Díaz (la cito porque la voy a robar la frase) me los definió tal que “Medussa es un universo aparte… Y tienes que estar dispuesto a entrar en él”. Dispuestos estábamos, y allí nos metimos, sin miedo, hasta dentro. Y te lo ponen muy fácil. A las primeras notas, ya estás moviendo el cuello, a un ritmo que no sabes a donde te van a llevar las siguientes notas. Por lo que tienes que estar muy atento, y eso hace que se te pase todo sin pestañear.
Se me hizo muy corto, y no veo la ocasión de volver a verlos. Y espero que sea pronto en un escenario grande, porque esa es la sensación que te dejan, de banda grande. Y esa especie de “miedo” que te da el que los veas a punto de abandonar el circuito local, que sus conciertos ya no sean tan asiduos por la tierra, para saltar a universos algo mayores. De momento, fechas en Barcelona, Bilbao y Oviedo. Suerte!