Abran hueco entre los grandes, Volbeat está aquí y está aquí para quedarse. El discazo que se marcaron en Noviembre del pasado año 2021 “Servant of the Mind” auguraba una gira espeluznante. No en vano le elegí como mejor disco del año en Noche de Rock y en MariskalRock. Pero empecemos por el principio. La velada estaba segmentada en tres partes. Primero Bad Wolves, de 19.00 a 19.30, 15 minutos de cambio y Skindred de 19.45 a 20.30, 30 minutos de cambio y a las 21.00 Volbeat.
Lo de Bilbao con los horarios es impresionante, una maravilla. Están a otro nivel. Por ejemplo escribía el otro día un artículo de Los Zigarros en León y contaba como salíamos destrozados del local a las tres de la mañana. Bad Wolves abrían la velada, como he dicho. A los Lobos Malotes nos los perdimos, pero nuestro amigo Chucho, bajista de Los Pendejos y Los Volquetes nos conto que hicieron una versión de “Zombie” de Cranberries y poco más. Tampoco disponían de mucho tiempo. A la hora señalada llegaba el turno de Skindred que comenzaron con una versión de “Jump” de Van Halen y también incluirían en su medio set el “Iron Man” de Sabbath (Zombie, Van Halen, Iron Man… aquello parecía un karaoke. Jajaja…).
Su Frontman Benji Webber vestía una americana de lentejuelas como la que ha usado Javier Gurruchaga en la última gira de la Orquesta Mondragon. Lo que unido a su tamaño le confería un aspecto a lo Boney M, sobre todo a la cantante del medio. En Cambio el guitarrista Michael Frye era el vivo retrato de los ZZ Top. Webber portando una Union Jack en Blanco y Negro, nos fue desgranando su propuesta de hard rock, heavy alternativo con fases de Reggae y cumplieron a la perfección su papel porque el publico parecía contento al final de su actuación. Llegaba el turno de Volbeat.
A las nueve en punto, con puntualidad nórdica, los Michel Poulsen a la voz y guitarra, Rob Caggiano (Ex – Anthrax) a la guitarra principal, Jon Larsen a la batería de doble bombo y Kasper Boyle Larsen al bajo saltaron dispuestos a volar el BEC esa noche. Arrancaron con “The Devil´s Bleeding Crow” con la que comenzamos a hacernos una idea de que venían a tope de power en materia de producción y puesta en escena, con unas vistosas pantallas, unos geisers de humo y una pasarela que les conducía hasta el centro del pabellón y que desde el primer minuto demostraron que estaban dispuestos a aprovechar, adelantándose enseguida en esa pasarela ya desde la primera canción. En “Pelvis on Fire”, ese pequeño homenaje que hacen a Elvis en esa deliciosa mezcla que habitualmente facturan de Metal con Rockabilly, inundaron las pantallas de imágenes de Jukebox y de animaciones de calaveras de Elvis. A continuación en “Temple of Ekur” las imágenes se tornaron en símbolos Egipcios. Nos pregunto en inglés que si estábamos pasando un Fun time para presentarnos a Lola. “Lola Montez” fue uno de los platos fuertes de la noche, luciéndose a la guitarra de rodillas mientras todo el público cantaba.
“Last Day Under The Sun” sirvió de lucimiento para Rob Caggiano y alguno de sus Riffs. En “Fallen” fue el turno de Poulsen para exhibir musculo a la guitarra. Acto seguido le colocaron en el centro de la pasarela una acústica anclada sobre un pie y sin despojarse de la eléctrica comenzó la intro del “I Only Wanna Be With You” que en su momento versionaron de Dusty Springfield, para interrumpirla en breve y contarnos que su hija siempre le dice que toque a Johnny Cash, del que comenzó a tocar su “Ring of Fire” que también interrumpió abruptamente para marcarse el “Sad Man’s Toungue” en una de las composiciones que mejer define su estilo Metalbilly. Uno de los mejores momentos de la noche, sino el mejor, vino de la mano de la animada”Wait a minute My Girl” con la que inundaron de enormes balones hinchables todo el pabellón. En “Black Rose” animo a gritar a todo el respetable, agradeciendo al final el esfuerzo realizado.
A continuación nos pregunto si queríamos “Shot Gun Blues”, otro de sus clásicos que acabaron a fuego los tres delante de la pasarela. Tras “Seal the Deal” en la que nos demuestran que sus orígenes están en el metal, continuaron con “The Devils Rage On” llenándose las pantallas de diablos. En “Becoming” decidieron llenar el local de confeti y en “Slaytan” continúan con ese tramo de concierto que tuvo mucho mas metal, mucho más heavy , para cerrar esta primera parte antes bises con su tema “Dead but Rising”, que acabaron alante de la pasarela con mucha fuerza para despedirse momentáneamente.
Tras la pausa apareció Poulsen en solitario y tras un solo y unos cuantos punteos salió el resto de la banda para tocar la de las piedras. “The Sacred Stones”. Hay que indicar que Caggiano salió del backstage con una guitarra homenaje a la famosa Frankenstrat de Van Halen, que cambiaba el color rojo por purpura. En “Die to Live” hicieron un homenaje a Jerry Lee Lewis, fallecido días antes, introduciendo en el stage un piano de cola color blanco y acompañados del piano y un Saxo volvieron un poco al rockabilly con base de metal . Para presentar “For Evigt” se calzo una guitarra blanca y nos invito a celebrar la vida juntos y nos pidió luz a través de los focos de los celulares.
Esta canción, perteneciente al último disco, el que da nombre a la gira que están defendiendo por todo el mundo “Servant of the Road Tour”, contiene el estribillo en Danés, su lengua madre y es un tema en los que mejor podemos disfrutar los tremendos matices vocales de la voz de Poulsen. Este tema también le cerraron inundándonos de confetti. Llegaba el momento de la despedida, que llegaba de la mano de “Still Countin” otro clásico de la banda, comenzaron con unos acordes muy rockabillys y es la que usaron para presentar al combo. Para terminar estuvieron un buen rato despidiéndose y regalando púas y baquetas para tras una hora y cuarenta minutos de bolo dar el mismo por concluido. Solo nos quedaba retirarnos de esta sala tan especial y saludar algunos amigos que nos encontramos al salir como Chucho, Unai Endemaño o Saul.
Retirarnos y reflexionar sobre la calidad de esta banda, la colección de hits que ya atesoran, (Fíjate que se dejaron en el tintero temas como Heaven nor Hell, Lonesome Rider, 16dollars, Doc Hollyday y algún otro y así todo fue un repertorio brutal). La calidad vocal de Poulsen, la destreza de Caggiano, como la pega Larsen y como suena el otro Larsen. Que vayan haciendo espacio los grandes porque los de Copenhague se han ganado a pulso un sitio en letras enormes en la parte de arriba del cartel de los más famosos festivales del genero. Porque han sabido consolidar un estilo propio y carismático y porque el futuro es de ellos.
Muchas ganas de volver a verles ya y de que vuelvan a volarnos la sesera, porque a estos Volbeat, si o si, volveremos a verles, a poder ser en Bilbao.
Texto, vídeo y fotos de Manuel Quintana Ortiz (Manolo Rockcity).