La época dorada de la discografía de Megadeth terminó con la publicación de ‘Cryptic Writing’ (1997) que nos dejó los dos últimos grandes himnos de la banda,’Trust’ y ‘She-wolf’. Desde entonces Mustaine no ha sabido mantener una constante de calidad en sus trabajos y los altibajos han sido la tónica. Como el propio Oskar ha dicho en el programa, Megadeth está en una ola que sube y baja.
El declive comenzó con los desastrosos ‘Risk’ (1999) y ‘The World Needs A Hero’ (2001). Entonces parecía que el fin de Megadeth iba a llegar, ya no solo por la baja calidad de estos discos, sino por una lesión en el brazo izquierdo que parecía que iba a apartar a Mustaine de la música.
Tras una “milagrosa” recuperación de su lider, Megadeth volvío con ‘The System Has Failed’ (2004), un trabajo muy digno que hizo recuperar la “fe” en la banda (literal, Mustaine se convirtió al cristianiamos tras considerar su recuperación un acto divino) y que fue seguido por ‘United Abominations’ (2007) y ‘Endgame’ (2009) que mantienen a la banda en la senda de la recuperación (joder, hablo como el ministro De Guindos).
Nada más lejos de la realidad, los pobres ‘Thirteen’ (2011) y ‘Super Collider’ (2013) nos volvieron a recordar algo que todo amante de la música sabe pero le cuesta reconocer: “Cada grupo tiene su momento y la creatividad es inspiración no son infinitas”.
Volviendo al presente, nos encontramos con un nuevo trabajo, ‘Dystopia’ (2016), de una renovada Megadeth con Kiko Loureiro (Angra) a la guitarra solista y Chris Adler (Lamb Of God) a la batería.
Lo primero que me sorprendió positivamente fue su setlist, que se dio a conocer meses antes de la publicación del album: ‘The Threat Is Real’, ‘Fatal Illusion’, ‘Death From Within’, ‘Bullet To The Brain’, ‘Conquer Or Die’… Parece que en este disco nos íbamos a encontrar a un Dave Mustaine que hace muchos años que no veíamos, un Mustaine furioso y cabreado con el mundo, un Mustaine que no quiere dejarse nada dentro, el Mustaine que realmente define lo que es Megadeth.
La incorporación de Kiko ha levantado mucha expectativa debido a su gran talento, pero a mí personalmente me ha levantado dudas porque no sabía si su estilo iba a encajar con la banda y porque su antecesor Chris Broderick es uno de mejores guitarristas técnicamente hablando que han pasado por la banda. Creo que Kiko ha logrado algo que pocos guitarristas han conseguido en Megadeth: no ser solamente un mercenario de Mustaine y aportar su estilo y composiciones al disco. Kiko ha aportado bastantes arreglos, incluso con guitarra acústica, y se nota su mano sin perder el sonido y la esencia de Megadeth. Merito doble, no solo por hacerlo con exquisita brillantez, sino por convencer a Mustaine de que le dejara hacerlo.
Musicalmente es un disco de Megadeth: Suena a Megadeth y se siente como Megadeth. Así de sencillo. Tiene pasajes que son puro thrash de la vieja escuela que haran ‘headbanguear’ y solos rapidísimos con los que motivarse haciendo air-guitar. Salvo algunos pasajes, la intensidad es altísima y terminas con la sensación de estar ante un gran disco. El único pero es que aunque el disco deja muy buen sabor de boca, no deja poso y una vez terminado los 45 minutos de escucha no trasciende más allá. Se echa de menos algún riff o estribillo que marque y no te puedas quitar de la cabeza.
No me gustaría terminar esta crónica sin comentar algo que puede parecer superficial, pero es digna de mención. La edición especial de este disco incluye unas gafas de cartón de realidad virtual que junto a un smartphone y una app nos dan acceso a un concierto de Megadeth en realidad virtual con 5 temas disco. En un mundo donde el acceso a la música gracias a internet ha hecho que la gente ya no se gasta el dinero en música, es bueno ver que hay bandas que buscan nuevas formulas de llegar a la gente y hacer que se compren sus discos.
Comentario por Lozoot
Fotografía por MEGADETH