Se presentaba un fin de semana con muchas, muy diversas e interesantes opciones para ver música en directo. El aniversario de Red Neck con Phil Grijuela, Voodoo Grass y Bifäz desde la fábrica, la presentación del nuevo disco de Spanish Peasant en el Café de las Artes, Peligro Ciervos en el Winchester, la Cultura Como Base del Pensamiento Crítico en Torrelavega con Bala, The Birras, Duro, Buena Fe, La Esencia del Garaje y Rubén Pozo en Torrelavega… Alguién de fuera podría pensar que son “públicos distintos” pero en Cantabria sabemos que “El Público” es siempre el mismo y a casi todo el mundo que le gusta la música le puedes encontrar viendo casi cualquier concierto. No somos tantos como para andar con exquisiteces.
Vistas así las cosas mirábamos con un poco de preocupación la quietud de Peñas Redondas a pocos minutos de la hora de empezar el bolo que con tanta ilusión habíamos preparado hace varios meses junto a la buena gente de Primitive Noise. Sin embargo, de nuevo tenemos que darnos la razón cuando afirmamos que en materia de conciertos “más es más”. Sesenta personas se reunieron en el templo en una jornada memorable.
Tampoco es que Hrizg se prodiguen mucho en los escenarios, y por unas causas o por otras siempre se me habían escapado hasta ahora. Así que cómo solemos decir en la asociación, si te quieres asegurar ver un concierto, móntalo tú. Cuando nos sentamos con Primitive a trazar las líneas de este enseguida surgió este nombre impronunciable.
Hace ya unos quince años del inicio de la banda, que en aquel entonces era un proyecto de Erun Dagoth todavía en CrystalMoors, para dar rienda suelta a un Black Metal más primario. Desde entonces hay cuatro discos y varios EP’s en los que ha ido recorriendo un camino cada vez más definido. Durante el concierto presentaron varios temas de su próximo trabajo Damnatio Memoriae, que están finalizando. El formato trío les ha beneficiado, y para mí es claro como Varkhen y Deimos andamian las composiciones de Erun Dagoth, que es un flujo constante de creatividad, pero en ocasiones tiende al caos.
El show fue rabioso y enérgico, con la energía primera del Black Metal, y ganando en musicalidad y con un gran sonido de conjunto, gracias también a la colaboración desinteresada de Mateo, que nos echó un cable como técnico de sonido.
A Ósserp les tenemos controlados casi desde el principio gracias a las promos de Blood Fire Death, pero este último “Els nous cants de la Sibil·la” nos ha impactado de manera espectacular, siendo para mi uno de los más relevantes en el Metal del pasado año, bueno, para mi y para el millón de publicaciones que lo destacaron en el recuento de diciembre.
El disco es un prodigio de técnica y brutalidad, en una horquilla entre el Grindcore y el Brutal Death con pasajes muy enrevesados, pero sobre todo muy apabullantes. Ósserp son una banda que no dejan respiro y su música tiene el efecto de una apisonadora que te pasa por encima antes de que puedas decir “pero”.
Sólo nos quedaba comprobar cómo se las gastaban en directo. Era su segunda visita a Cantabria, pero la primera para mi. La curiosidad era grande, y si quieres no perderte un bolo… ya lo he dicho antes.
En cuanto la maquinaria se puso en marcha cualquier resquicio de duda quedó despejado. A pesar de venir con un sólo cantante, por motivos de salud, la formación Catalana montó un cirio de unos cuarenta minutos que nos dejó patidifusos. Menuda manera de repartir de todo. Tan impecables como crudos.
Cómo todo salió de la mejor forma esperada, el lazo de amistad que nos une con Primitive se ha estrechado un poco más. Seguro que en un futuro volveremos a juntar músculo para remar en la misma dirección.