El Festival Arkena Rock, es un evento al que todos deberíamos ir alguna vez en la vida, y al que muchos le tienen un cariño especial y no se pierden ninguna edición del festi. Ubicado en el mismo Vitoria, tiene un formato muy chulo que aún no ha caído en el Modus Operandi de los macro festis de barra libre de bandas a lo bestia, imposible de disfrutar para un ser humano. Se lo curran de forma que toda la ciudad forma parte del festival, llevando los conciertos a las calles desde el mediodía, donde miles y miles de personas se recorren las calles del casco urbano y la Plaza de la Virgen Blanca, para vermutear con el rock´n´roll por bandera y haciendo del festival, una gran fiesta para todos.
Esta crónica es colaborativa, ya que nuestra amiga Sugar Velasco es una fanática del festival y estuvo desde el jueves allí, y entre ella y una servidora, os contaremos cómo lo hemos vivido.
JUEVES 15.
A destacar el elegante y sobrio Steve Earle. El sólo llenó un escenario sin necesidad de una gran banda detrás. Después fuimos a ver al Drogas. Me gustó mucho. No soy muy seguidora de este tipo de música, pero hay que reconocer que el tipo está en forma y dió un gran concierto. Mi marido se sabía más canciones de las que pensaba de Barricada, jajaja. Y del jueves terminó con Monster Magnet . Empezaron mal, sonido malo, plano. Sólo se oía el bajo. Menos mal, que lo solucionaron y desde atrás se oía mejor que en las primeras filas. Buen bolo.
VIERNES 16.
Bajo un sol abrasador, a la Virgen Blanca nos dirigimos a disfrutar de The Fuzillis. Música divertida y muy bailable formada con parte de otro grupo, MFC Chicken. Spencer Evoy al saxo y la familia Criscuolo, padre e hijo. Ya en Mendizabala , el primer concierto al que asistimos fue al de Cordovas, fantásticos músicos, liderados por Joe Firstman. Hacen lo que quieren, se van a diferentes ritmos musicales sin pestañear. Esta vez vinieron con otra formación a la que vimos en Bilbao, ya que, han incorporado una mujer en sus filas. Y lo segundo mejor de ese día Pretenders o Chrssie Hyden, ya que sólo queda ella de la formación original . Menuda lección de clase y saber estar tiene. Nos dejó mudos y nos devolvió a otra época de nuestras vidas (no teníamos canas). Su vibrato sigue intacto, vozarrón.
SÁBADO 17.
Virgen Blanca. Concierto matutino con Chuck Prophet. No entendimos muy bien porque no tocaba dentro, pero bueno, lo importante fue disfrutarle. Mucha calidad, del mejor rock americano puro. Por la tarde queríamos ver a la Runaway Cherie Currie junto a Nat Simmons , pero la lluvia impidió que pudieran tocar a la hora prevista y se pospuso coincidiendo con Iggy Pop. Nos fuimos a ver a la gran Ana Popovic.
Qué maestría tiene esta mujer con la guitarra, parece hasta fácil tocarla. Mucho estilo. El siguiente concierto fue el de la gran dama de la americana, Lucinda Williams. Es la segunda vez que la veo y la más emotiva. Menuda lección dio a muchos que van de estrellitas del rock. Olé por tí Lucinda. Nos fuimos después a quitarnos una espinita con Lucero, no estuvieron muy finos en su último Azkena y se superaron con creces. Este concierto pudimos disfrutarle especialmente, ya que nuestro colega Jhonny es súper fan y cogimos sitio en la primera fila para no perdernos nada, lo que ocasionó que el fan pudiese hacerse foto con el cantante de la banda. Íbamos pensando que era un concierto de folk americano al uso, pero le pegan al rock muchísimo también, además de un público muy a tope en todo momento.
Sugar se fue a ver a La Iguana, Iggy Pop. Con 76 años se movía por el escenario como un jovencito de 20. Magistral, tiró mucho de The Stooges y de sus primeros trabajos. Como broche final , Jim Jones All Stars, ritmo , nervio, energía, estuvieron colosales. No pude saludar a Jim porque tuvieron que salir rápido para el aeropuerto, según me contó ayer por redes. Y fin. Salimos con una gran sonrisa y a esperar al próximo.
Una servidora, se perdió a Iggy para cenar y coger sitio en la primerísima fila del concierto de Alter Bridge. Unos colegas que llevaban allí desde el jueves, nos comentaron que los primeros días había sido bastante caótico el tema de comprar comida, ya que solo había una barra de la organización que se encargaba de ello, pero el sábado que fuimos nosotros pudimos ver también varios puestos de comida diferente. Está claro que lo solventaron antes de que terminara el festi. Olé por el Azkena. También decir que los baños estaban limpísimos y no hicimos cola para nada o casi nada, la organización sigue molando para ser un festi grande. Volviendo a Alter Bridge, nunca había podido ser y sabía que era, ahora o nunca. Una hora y pico estuvimos allí unos cuantos fieles (afortundamente, todo dios estaba viendo a Iggy. ¡Gracias!) y alguno que yo me sé, acabó hasta los cojones de mí haciendo la cuenta atrás, de los nervios, nerviosos: “¡Quedan 45 minutos!. ¡20 minutos!.¡ 3 minutos!”. Puntualísimos aparecieron Los Alter y me encargué de que me tocase justo enfrente “el marido”, el cual estaba super observador y pendiente de las primeras filas, todos nos llevamos a casa miradas, nos señaló, nos sonrió y nos hizo muy felices cuales adolescentes en un bolo de los BackStreetBoys (De los de mi época, claro).
Para estar en primera fila, el sonido era cojonudo, tenía asumido que si quería ponerme en primera fila, lo iba a pagar pero bien….pero ¡no!. ¡Alegría!. Como suelen ser en los festis, setlist reducido y concierto de una horuca más o menos, eso hizo que no pudiésemos escuchar varios temas imprescindibles, pero sí para otras canciones como la grandísima “BlackBird”. Siempre digo que es una canción enorme, enormísima, épicas, como “Aníbal” de Emboque (perdón por el sonido del móvil). Como siempre, son impecables esta peña, no tienen flecos ni nada que flojeen y eso que al ser un concierto mas corto de lo normal, se echó un poco en falta los momentos de protagonismo de Tremonti, que tantísimo le aportan a la banda.
Hubo un momento en el que “El marido” hizo el gesto con las manos de que nos sentásemos, pero había mucha peña que estaba tan emocionaba, que no se estaba enterando y fue el marido real mío, el que le hizo el gesto a Kennedy de que se agachase él también para conseguir su propósito.
Y así terminó esta edición del Azkena para nosotros, en el que una servidora se fue a casa con una púa de Myles Kennedy a casita y la va a guardar como oro en paño. Supuestamente, la entrada de este año era el regalo de cumpleaños del Pinto, pero no sé a quién le habrá hecho más ilusión, jejeje.
Crónica, fotos y vídeos: Sugar Velasco y Álex Kennedy.
Foto de portada: Juanma Pinto.