Cuánto le debemos a Boston… Al menos los que salivamos con los sonidos de todo tipo que salen de sus más oscuros y enrevesados recovecos. Sólo por Converge, Cave In o Isis, banda que nos ocupa, la peregrinación debería ser obligatoria.
“Oceanic” salió a la luz en 2002, da vértigo echar la vista atrás y ver qué han pasado ya 23 años desde su edición. El mismo vértigo (pero del bueno) que da enfrentarse de nuevo a estos nueve temas, comprendidos en poco más de una hora de duración. El tiempo ha definido este disco como una obra de transición. Con darle unas escuchas a canciones como “The Beginning And the End” o “False Light”, por poner dos ejemplos, ya quedaba claro por dónde irían los tiros en el futuro. Además, sirvieron a Isis para firmar con Ipecac Recordings, sello discográfico de Mike Patton.
Aquí siguen bien presentes las influencias de Neurosis o Godflesh, con estructuras largas, partes que se repiten una y otra vez para terminar explotando en un estruendo de guitarras pesadas y voces guturales.
El talento de los de Aaron Turner era demasiado grande para quedarse en el post metal-sludge de “Celestial” (2000) (ojo, discazo). Así, “Oceanic” abrió el abanico de influencias del grupo y fue pieza clave en la explosión creativa que supuso “Panopticon” (2004), dando paso a voces limpias y sonidos cercanos a Pink Floyd, Tool, Godspeed You! Black Emperor… que alargarían sus tentáculos y se desarrollarían aún más en los discos posteriores.
Del legado e influencia, poco hay que decir. Aunque por aquella época el nü metal aún pegaba duro, este álbum peinó muchos flequillos y marcó el camino a seguir. No porque muchos quisiesen sonar como ellos (que también), si no porque muchos abrieron sus orejas a otros sonidos y los adaptaron al suyo. Ya es mérito, ¿eh?
Roberto Silva