Ya han pasado más de 20 años desde su primer disco y han cambiado mucho las cosas, como no podía ser de otro modo, y para todos. Ya hay menos greñas, quedan atrás los pantalones cortos… si bien las camisas de franela a cuadros y el espíritu rock están intactos.
Para mucha gente de mi generación, Pearl Jam es más que de los nuestros. Hemos crecido con ellos, empezaron a conocerse cuando nosotros en un mismo momento empezábamos a absorber todo tipo de rock como esponjas… llegando hasta este instante, 20 años después.
Dicho lo anterior, naturalmente que la reseña no tendrá nada de objetiva. Aunque claro está que no todo ha sido un camino dulce, y también he tenido mis desencuentros con el grupo, que se abrieron en “No Code”, se empezaron a cerrar con “Yield”, hubo indiferencia con “Binaural” y “Riot Act”… hasta volver a ser una de mis bandas de cabecera, sobre todo tras tres últimas publicaciones: “Pearl Jam” (2006), “Backspacer” (2009) y este “Lightning Bolt” (2013) que nos ocupa.
“Backspacer” abrió un camino en el cual compaginar de uno modo sólido y coherente esa rabia y rock post-adolescente de principios los 90, con otras composiciones más cercanas a música de raíz folk-country norteamericana. “Lightning Bolt”, continúa, afianza y mejora esta línea. Y esto se puede ver incluso comparativamente hasta en el propio arte y diseño de estos dos últimos discos.
“Lightning Bolt” es un disco de Pearl Jam. Es un gran disco de Pearl Jam. Con todo lo que conlleva. Creo de después de tanto tiempo, y todo lo que ha llovido en el rock, la capacidad de experimentación ya ha sido tan gastada y sobada, que incluso resulta aburrida, por eso una vuelta a hacer bien, muy bien, lo que se sabe hacer, es muy agradecido.
Lo que vamos a encontrarnos a lo largo de estos 12 nuevos temas, son composiciones directas que rondan los 3 minutos, con grandes estribillos, alguna que otra ñoñez (todos tenemos derecho a ello, y con la edad se acrecienta) y sobre todo rock del bueno. Se Vuelve para ello a contar en la producción y mezclas con Brendan O’Brien, que al margen de gustos personales, es siempre garantía de buen hacer y buen sonido en la parte técnica.
Las 5 primeras canciones ponen realmente a tono, y son de lo mejor que he visto este último año… “Getaway”, “Mind Your Manners” (un gran ejercicio “Ramones Jam”), “My Father’s Son”, la propia “Lightning Bolt”… y la hermosa y pegadiza “Sirens”.
Tras las anteriores, tenemos una serie de medios tiempos muy destacables y sólidos, de esos temas con buena melodía que van creciendo a medida que te vas metiendo más y más en el disco con cada escucha. A destacar en este bloque “Let the records play”, “Swallowed whole” y en particular “Infallible”.
El disco cierra con tres cortes intimistas, al más puro estilo Vedder: “Sleeping by myself”, “Yellow Moon” y “Future days”, que dan este toque más reflexivo y que acaban de redondear a la perfección este gran trabajo.
Y por último, una mención especial al diseño del album, un bonito concepto en dibujos y arte, en parte concebido por Jeff Ament, y que personalmente me encanta, sobre todo porque siempre han sido mi debilidad esos discos en los que cada una de las canciones está representada con un dibujo o imagen diferenciada.
Con todo, tenemos un trabajo digno de una de las bandas de rock más importantes de los últimos 25 años.
Comentario por Orthanc
Fotografía por PEARL JAM