AUTOEDITADO – 12 canciones – 53:46
Es difícil encontrar otra banda al nivel de Havalina que haya influenciado a tanta gente de la música de este país, siendo prácticamente desconocida para el gran público. Te crea esa contradictoria sensación de satisfacción por poder disfrutar de sus canciones, junto a la frustración de ese “éxito” que nunca llega. Pero si a ellos les ha dado igual en sus más de 20 años de carrera (ya han anunciado su separación), a mí también. Por eso abrazo este disco de manera agridulce, recibiéndolo como esa carta de despedida en la que reafirman su filosofía como ente musical, casándose con nadie y haciendo lo que les da la gana; sabiendo que ya no habrá más Havalina que llevarnos a los oídos. Que nos quiten lo bailado.
Este nuevo álbum no se llama “Maquinaria” por casualidad. Aunque siempre han coqueteado e incorporado sin complejos la electrónica, aquí se zambullen en un mar de sintetizadores, efectos y ritmos industriales.
La canción homónima que abre el disco es ya una declaración de intenciones. Riff de guitarra marca de la casa, que bien podría venir de un disco de Kyuss, voz robótica y bases electrónicas; en “Charco”, las guitarras post punk cogen las riendas, con ecos a The Smiths o The Cure; los pianos de “Actitud” recuerdan a NIN. Podría ser un hit del mismísimo Trent Reznor; uno de los momentos álgidos del disco llega con “Deconstrucción”, que es puro Depeche Mode; “Circuito cerrado” es una muestra más de la increíble sensibilidad de Manuel Cabezalí, esas melodías en las guitarras, en las voces… Letras que te hacen cerrar los ojos, olvidarte de lo que te rodea, y dejarte llevar por los aires noventeros de los mejores Smashing Pumpkins (o My Vitriol, si me apuras); los ritmos bailables de “Salmo Destrucción” dejan paso a una segunda mitad de disco que escapa del concepto más ortodoxo de canción con “Arsenal” o “Himno nº9”.
Ahora que se encuentran en plena gira de despedida, sólo queda sentirse afortunados porque Manuel Cabezalí, Javier Couceiro e Ignacio Celma (y demás gente que ha pasado por la banda) coincidiesen en nuestro mismo espacio-tiempo. Hasta la vista y gracias por todo.
Roberto Silva