El pasado sábado 20 de enero llegó Quique González al Escenario Santander para celebrar sus 25 años en los escenarios. Como lleva ocurriendo en toda la gira, se colgó días antes el cartel de completo. Y es que la ocasión lo merecía. Una gira muy especial para celebrar su extensa trayectoria y sus 14 álbumes publicados. Con un set list distinto en cada una de sus paradas. Sus incondicionales, entre los que me incluyo, no podíamos perder la ocasión. Aunque me consta que varios despistados se quedaron sin entrada.
A las 21 horas se subió, guitarra en mano, al escenario seguido de los mismos grandes músicos que ya le acompañaron en su anterior gira “Sur en el valle”. En esa ocasión ya me fascinaron pero es cierto que fue un formato menos disfrutón y con muchas restricciones aún por la maldita pandemia. Ellos son Toni Brunet (guitarra y voces), Edu Olmedo (batería), Jacob Reguilón (bajo y contrabajo) y Raúl Bernal (piano, acordeón, guitarra y voces). El músico madrileño, pero cántabro de adopción, anunció que el álbum elegido para la noche era “Pájaros mojados”. Pues genial, pensé. A este trabajo, publicado en 2002, pertenecen varios de mis temas favoritos .
Así comenzó la primera parte del concierto, con el tema “Pájaros mojados” hasta completar los 12 temas en el mismo orden en el que aparecen en el álbum. Todos muy reconocibles y coreados por el público. Canciones divertidas como “Miss camiseta mojada”, “La fiesta de la luna llena” y “Superman” seguidas de otras más tranquilas pero preciosas como “Pequeño rock and roll” y “Reloj de plata”. Momento muy especial para “Aunque tu no lo sepas” dedicado a la memoria de Enrique Urquijo. Grandes sonrisas en las caras tanto del público como de la banda, se palpaba una gran complicidad y muy buen rollo. Aún quedaba concierto.
Trás una breve pausa de 15 minutos, volvió Quique al escenario para continuar en esta segunda parte con 13 temas más. Comenzando con “Avería y redención” y sin faltar “Se estrechan”, “Salitre”, “Kamikazes”, “Dallas Memphis”, “Charo” y “Vidas cruzadas”. No faltaron presentaciones, saludos y agradecimientos. Quique es un tipo bien majo.
Dos horas de concierto que no quieres que acaben nunca. Los músicos geniales, el público entusiasmado y Quique González de 10. Sus melodías, sus letras y su interpretación son indiscutibles pero además tiene ese “algo especial” que le hace ser tan cercano y querido.
Siempre pienso que la música en directo es pura magia y que el rock es todo un universo por el que yo me muevo de planeta en planeta sin prejuicios. Poder disfrutar de ello cámara en mano es un auténtico privilegio que me hace feliz. ¿Quién necesita terapia?
La nueva andadura del Escenario Santander es prometedora y parece que el público lo ha acogido con muy buena respuesta. Esperemos seguir disfrutando con grandes propuestas.
Sonia Toledano