El Winchester está celebrando su XVI Aniversario con un ciclo de conciertos en sesión Vermut. No se si habéis estado alguna vez, y realmente no se si debo contarlo mucho, porque las últimas veces que he ido se ha petado de gente. Normal, santas liadas a primera hora de la mañana. Cuando sales, a eso de las tres y media o cuatro, el sol te sorprende como si todo hubiese sido un sueño. El Winchester tiene ese rollo a lo Teta Enroscada que hace que las paredes suden blues.
Me cuesta un poco animarme los sábados, porque me pilla justo después de grabar el programa y tengo que salir corriendo del estudio para llegar a tiempo, pero Omar nos había insistido en que tocaba una profe de su insti y quería ir a verla. Joer, pues gracias, porque menudo bolazo.
Resulta que Maraya tiene ya una larga historia a sus espaldas y no hace falta nada más que echar un vistazo al youtube para ver la cantidad de escenarios y festivales en los que ha tocado. Sin embargo, por lo que entiendo, no debe llevar mucho tiempo en Cantabria y esta zona no la tiene tan explotada, así que su show fue una sorpresa para todo el mundo en el Saloon.
Junto a Lee Wolfe tiene grabado un disco de 2009 revisitando el repertorio de Woodie Guthrie y también un EP de 2019 titulado Prevarication Sessions, por en medio un álbum a su nombre en 2017 y seguro que alguna cosa más que se le escape al Spoty. En directo van a trío, Maraya al acordeón, Lee Wolfe a la guitarra y voz y Carlos Arsuaga a la batería (Iker Piris, Greg izor, El increíble pájaro metálico…) que al parecer fue el enlace para que Maraya estuviese en el Winchester. También cuentan con colaboración a las voces del hijo de Lee, que según contaron también trabaja por esta zona, así que a lo mejor les empezamos a ver con más frecuencia en nuestros escenarios.
Insisto en la idea de que nadie o casi nadie conocía de antemano a la banda, porque creo que el ambiente mágico que se creó tuvo mucho que ver con lo inesperado. Maraya es increible con el acordeón, no soy experto en el instrumento, pero creo que debía utilizar algo de Midi, porque además de los salvajes solos soltaba unos bajos súper bien definidos que casi parecían eléctricos. Lee tiene el blues, y hace que todo suene auténtico, tanto por su voz gastada como por sus hacer a la guitarra y lo de Carlos es de asustar, tanto a la batería como a la tabla de lavar. El concierto además iba con la frescura de las bandas que se ven para el directo y echar a rodar los temas con oficio y saber hacer más que con millones de horas de ensayo previo. Maraya y Lee llevan cerca de dos décadas juntos y esa complicidad sólo se consigue a base de muchos directos.
Además de la memorable mañana me llevé de recuerdo el Vol 2. de las Sesiones Vermuteras del Winchester. Un CD recopilatorio editado por Artur Webber y La Plancha Entretenida que recoge tomas en directo recogidas en el propio local. Ya estamos impacientes esperando el tres, para tener en casa también un pedacito de este.