Este último disco de Adrift podría considerarse un paso más en su (ya extensa) carrera. Una parte más de su evolución, bastante lógica y acertada si me preguntan a mí, que comenzó allá por el 2001 con la edición de “Cogito Ergo Actuo” y que irrumpe ahora en nuestras orejas con “Black Heart Bleeds Black”. Pero no. No es sólo un disco cojonudo más de Adrfit. Ya desde la primera escucha ves que “The Soldier Of My Words” y “Black Heart Bleeds Black” (Menudo comienzo de disco…) están a la altura de muchísimos grupos guiris que por aquí idolatramos (Véase Mastodon, The Sword, Witchcraft, Cult Of Luna, Neurosis…), y en cuanto le das unas cuantas vueltas prestando atención a los detalles, a cada cambio de ritmo o te vas quedando con las estructuras, cada vez más locas, comprendes de verdad la magnitud de lo que tienes delante.
Otra de las principales virtudes de este disco es que por fin han conseguido un sonido que les hace justicia (en los temas del “Waterloo” se acercaron bastante). A todos nos encantan “Troya” y “Monolito”, pero al menos yo echaba siempre en falta una producción que de verdad reflejara cómo suenan Adrift. “Mallet Man” es un buen ejemplo de que los madrileños han dado en el clavo. Aunque el tema que más me ha llamado la atención es “Erich Zann Environment”, que nos enseña el lado más experimental de la banda (¿Una pequeña pista de lo que está por venir?), muy cercana aquí a los escarceos más melódicos y ambientales de Converge. Este tema y el interludio de un minuto “Wave” son los únicos momentos para respirar a lo largo de los algo más de 50 minutos que dura el disco. “Fury Roof” y “Long Nails” ponen el punto final a esta salvajada a la que no le sobra ni un segundo.
Personalmente, me encanta escuchar este tipo de discos. Hay grupos que te gustan de siempre y esperas que saquen ese disco que marca la diferencia, que supone llevar ya el cartel de “Puto Amo”. Pues “Black Heart Bleeds Black” se lo tatúa a Adrift en la frente.
Comentario por Kind Lover
Fotografía por ADRIFT