Desde hace ya varios años tenemos la tradición de grabar un programa en exteriores coincidiendo con el cambio de temporada de Noche de Rock, que como probablemente sabes comenzamos un nueve de julio allá por 1996. Intentamos en estas salidas de la cueva llevar nuestra caravana para conseguir una comunicación de doble vía, enseñamos lo que hacemos a quien pueda no conocerlo y arrastramos a los oyentes a esos lugares singulares esenciales para la escena.
En esta ocasión nos decidimos por el Espacio Creativo Jose Manuel Illera, uno de los pocos pulmones musicales que le quedan a esta ciudad, que sigue agonizando en espera de que sus políticos se decidan a permitir la vida cultural más allá de los actos festivos puntuales. Los locales viven un momento delicado, una serie de torpezas administrativas muy largas de volver a contar han estado a punto de dejar a sus usuarios desahuciados, y por otro lado siguen esperando la ampliación que ya formaba parte del primer proyecto y que ayudaría a otra decena de bandas a tener un asubio bajo el que desarrollar sus inquietudes artísticas.
Tras la grabación del programa y comida en comunidad proponíamos cerrar la velada con Supertubos! Es cierto que fue un día raro de verano y no conseguimos convocar a tanta gente como nos hubiese gustado, pero por otro lado este es el encanto de la autogestión, no tener que depender de gran cantidad de público para poder desarrollar iniciativas. Sencillamente hacerlo y disfrutarlo. Realmente, en muchas ocasiones, ni siquiera hay “público” como tal, si no que todos los que participamos estábamos implicados de una u otra manera en el movimiento que allí mismo se produce. Y creo que eso es impagable.
Supertubos! sirvieron el postre con una buena colección de Surf instrumental en todas sus vertientes, desde la más festiva a la más crepuscular. Hay olas y Hot Rods en Reinosa, pero también hay espacio para lentos atardeceres y crepitar de madera húmeda.
Con tipos tan auténticos no cuesta meterse en el rollo. Son junto a Los Derrumbes nuestros máximos representantes en ese estilo, y desde mi punto de vista de los más interesantes del país, a la altura de intocables como Los Coronas o Los Tiki Phantoms. Si no habéis escuchado aun sus tres álbumes os animo a echar un ojo a Spotify. Tener una velada tan íntima con un grupazo de este calibre es un lujo, y no podemos hacer otra cosa que agradecerles que se animasen a colaborar.
Oskar Sánchez
Fotos: Alex Kennedy