De nuevo en el Disco de la Semana nuestros expertos favoritos en la colocación de bloques de hormigón. Tras su charla divulgativa en Ítaca sobre el correcto uso del mortero para la creación de estructuras indestruibles a nadie le quedó ninguna duda. Ya hace año y medio que pusieron en pié su quinto muro y no presenta ningún signo de resquebrajamiento. Cuando se construye sólido el resultado es imperecedero.
Dust from a Dark Sun sigue el camino lógico de la evolución que ya presentaba Avesta. Menos inclinado al Doom profundo y farragoso de sus primeros trabajos, y cediendo espacio a canciones más concretas, pero que siguen manteniendo esas inabarcables atmósferas envolventes. Las voces se muestran más abiertas, como si la experiencia ganada con Otus hubiese dotado a Juan de nuevos recursos y más seguridad para cantar de forma más directa y clara. La lírica de nuevo camina simultáneamente hacia la infinitud del cosmos y el yo más íntimo. Como si continuamente cuestionase el sentido de todo lo humano comparado con la inmensidad del océano o las incontables estrellas.
Siempre hemos defendido que las bandas en continua búsqueda son las más interesantes. Con Aathma tenemos un cofre abierto ante el que tres apasionados de la MÚSICA continúan rebuscando hasta encontrar algún tesoro que haga brillar sus ojos. Cada nuevo disco sigue incorporando sin complejo elementos de su experiencia como oyentes, que sin embargo les hacen más Aathma y menos seguidores de un manual de estilo.
No debe ser fácil encontrar el punto de equilibro. Densidad hipnótica en los riffs, una batería que no pierde potencia y a la vez es rica en elementos, capas de reverb y fuzz, para conseguir temas que se clavan en algún lugar del cerebro como un gusano auditivo y regresan a tu memoria en el momento que menos les esperas.