THE SMASHING PUMPKINS – Mellon Collie and the Infinite Sadness
A finales de 1994, en los último coletazos de la gira del Siamese Dream, Billy Corgan tenía entre ceja y ceja que el siguiente disco del grupo sería doble, además tenía claro que debía haber un cambio en la producción por lo que decide prescindir de los servicios de Butch Vig que había producido los dos discos anteriores del grupo.
Dos años antes Smashing Pumpkins habían publicado uno de los mejores discos de los 90 y mantener el nivel parecía harto complicado.
Después de pasar seis meses encerrados en el estudio, con los productores Flood y Alan Moulder, se encuentran con 57 canciones terminadas, 28 formarían parte del disco y una buena parte de los temas restantes se publicarían como caras “b” de los cinco singles que publicaron, posteriormente se recopilarían los singles en la caja Aeroplane Flies High.
“Mellon Collie and the Infinite Sadness” es un viaje en una montaña rusa, cargado de emociones y sentimientos donde se puede sentir rabia, amor, desencanto, tristeza, etc. Un doble disco conceptual lleno de contrastes tanto a nivel de emociones como a nivel musical, 28 canciones heterogéneas entre sí que dan como resultado un disco congruente y equilibrado.
Las 28 canciones están divididas en dos discos, “Dawn to Dusk” y “Twilight to Starlight”. Aunque estamos hablando de dos discos que forman parte de un todo, sí que se puede apreciar ciertos matices que diferencian a uno del otro.
El “Dawn to Dusk” es el disco menos oscuro y más “accesible”, las canciones suenan más nítidas, desprenden luminosidad y abundan los arreglos de cuerda, “Tonight, Tonight”, “ To Forgive” “Galapogos” o “Porcelina of the Vast Oceans” son buenos ejemplos, aunque también hay sitio para la rabia y la distorsión en canciones como “Jelly Belly” ,“Zero”, la salvaje “Fuck You (An Ode To No One)” y el primer single del disco “Bullet With Butterfly Wings”
Sin embargo en el “Twilight to Starlight” es más denso y hermético, predominan las canciones oscuras y tristes, “In the Arms of Sleep”, “1979”, “Stumbleine” , “By Starlight”, “Thirty-Three”, que contrastan con la agresividad de guitarras y voz en canciones como “Bodies”, “Where Boys Fear to Tread”, “Tales of a Scorched Earth” o “X.Y.U.”
La calidad de las canciones, probablemente Billy Corgan estaba en su mejor momento creativo, unido al acierto de contar con Flood y su insistencia en capturar el sonido de la banda “en vivo”, decía que eran mejores sus canciones en directo que en sus álbumes de estudio, dieron como resultado un disco que rezuma energía y donde no hay canciones de relleno.
Por último no nos podemos olvidar de su preciosa portada que de alguna manera consigue aunar todo el sentimiento conceptual que desprende el disco.
El MCIS fue de alguna manera el testamento de los Smashing Pumpkins, con su formación original (Corgan, James Iha, D’Arcy Wretzky y Jimmy Chamberlin), Billy Corgan dijo en varias entrevistas de la época, que sentían que estaban al final de un ciclo creativo, por lo que decidieron tomárselo como si fuera el último disco del grupo, lo cual terminó siendo cierto porque fue el último de la formación original… después nada volvería a ser lo mismo.
Comentario por Juan Carlos Mazas