Cuando pensamos en Pantera, en la mayoría de los casos lo primero que nos viene a la mente son los pesadotes riffs de “Walk” o “Cowboys from Hell”, la voz rasgada de Phil Anselmo y la perilla roja de Dimebag Darrell. Y es que fue en esos años 90 cuando, influenciados por bandas como Exhorder, Pantera desarrolló un sonido que sería su marca de identidad definitiva.
¿Pero a qué sonaba Pantera antes de los 90? Como banda formada en 1981, sus primeros álbumes -por mucho que nos pueda chocar- tenían un sonido más cercano a Kiss, Dokken, Mötley Crüe, Van Halen, y toda la escena americana de hard rock y glam de la época. La banda la formaban los hermanos Dimebag Darrell (que por aquél entonces se hacía llamar Diamond Darrell) y Vinnie Paul, junto al bajista Rex Rocker (a.k.a Rex Brown) y el vocalista Terry Glaze.
Hacia mediados de los 80 comenzó a triunfar el Bay Area Thrash y Pantera decidieron endurecerse y dar una vuelta de tuerca a su música, patente en su “I am the Night” de 1985, que conjuga el hard rock que habían practicado hasta el momento con ritmos acelerados y macarras, más orientados al speed metal. El problema es que Glaze no les convencía como vocalista para esta nueva etapa, así que lo despidieron y en su lugar metieron a Phil Anselmo.
¿Y para qué os he metido toda esta chapa? Pues para poneos en situación y así poder analizar mejor lo que viene ahora: el “Power Metal” de 1988.
Fue el primer disco con Anselmo a las voces, y aunque tiene mucho de los álbumes anteriores, se nota ya una importante evolución en el sonido: velocidad, contundencia y ritmos más pesados.
Damos al play y un riff pegadizo nos introduce “Rock the World”. La canción es hímnica donde las haya y con un estribillo altamente coreable, de esos de puño en alto (ya lo dice la letra: “We raise our fists / In rebellion we stand”). Quien jamás haya escuchado a Phil Anselmo en esta etapa alucinará con su registro vocal, muy al estilo de Halford pero sin perder su agresividad característica.
El siguiente tema es el que da nombre al disco, y para mi gusto es el más potente: puro Speed Metal, más que “Power Metal”. La batería a todo trapo, los solos de guitarra vertiginosos, y la voz desgarrada y enloquecida. Es evidente la influencia de Judas Priest (sobre todo en Anselmo, que no se queda corto en agudos dignos del Metal God), y este tema perfectamente podría encajar en el “Ram it Down” que editaron los ingleses ese mismo año.
Con “We’ll meet again” nos podemos relajar un poco. Se trata de una balada a medio tiempo, de corte hard rockero, que recuerda a sus primeros trabajos. El estilo me recuerda incluso a algunos temas de Q5 (ex-banda del mítico Floyd Rose)
“Over and Out” ya hace presagiar lo que nos encontraremos un par de años después en el “Cowboys from Hell”. Tiene un ritmo muy thrash con claras influencias de grupos de la Bay Area como Metallica o Megadeth. Es una canción directa, agresiva, y sin florituras… Nada que ver con el tema anterior.
Llegamos a la mitad del disco con “Proud to be Loud”. Seguimos con el ritmo cañero, pero esta vez abandonan la pesadez en favor de un ritmo más hard rock. Seguramente este toque se lo diese Marc Ferrari, guitarrista de Keel y autor de la canción. Puede que algunos la conozcáis precisamente por la versión que sacaron Keel diez años después en un recopilatorio. Además, la original de Pantera también sale en una escena de la película de culto Donnie Darko.
El sexto tema es “Down Below”, enérgico y macarra por un tubo. Como curiosidad, esta canción fue co-escrita por Terry Glaze, que la cantó en el disco anterior “I’m the Night”. “Death Trap” sigue la misma línea, destacando el solo de Diamond Darrell (ya os he dicho que lo de “Dimebag” vino luego 😉 ).
Seguimos con “Hard Ride”, que empieza con unos teclados muy 80’s glam metal, la voz de Anselmo más limpia que nunca y coros por doquier. Si miramos la portada del disco, con las melenas cardadas, las vestimentas de cuero, cinturones, parches y demás elementos que llevaban estos mozos por aquél entonces, esta canción es justo lo que cabría esperar.
Con “Burnnn!” retoman la agresividad de temas anteriores, y de nuevo volvemos a catar la base de lo que serán los Pantera de los siguientes discos. Espectacular solo de guitarra, por cierto.
Por si a estas alturas creíamos que ya no nos podían sorprender más, llega “P. S. T. 88”. ¡Alto! esa no es la voz de Anselmo… ¡¿quién canta entonces!? No es otro que el bueno de Darrell. El muchacho se anima a agarra el micro y nos regala una macarrada al más puro estilo “Kill ‘em All”. Brutal forma de cerrar el disco.
A lo largo de estas diez canciones hemos escuchado todo tipo de mezclas: hard rock, speed metal, thrash… que hacen que sea imposible catalogar este disco en un estilo concreto. Aunque son evidentes sus orígenes como banda de glam, también experimentan con sonidos más pesados que posteriormente desarrollarán en el disco que les catapultará a la fama: el “Cowboys from Hell” de 1990. También en este encontraremos muchos de los elementos que componen el “Power Metal”, convirtiéndose en un disco de transición entre los antiguos Pantera y los nuevos (y mundialmente famosos) Pantera.
Comentario por Lía Lawless