Si tuviéramos que elegir un grupo que representase la siempre interesante y muy activa escena del rock progresivo polaco durante estos últimos años, éste sería, sin duda, Riverside, los cuales, desde que saltaron a la escena internacional con su disco Rapid Eye Movement en 2007 se han convertido en una de las bandas a tener en cuenta dentro del género.
Alcanzado ya un merecido status de reconocimiento, esta nueva entrega Love fear and the time machine supone una nueva vuelta de tuerca en el sonido de Riverside, como confluencia de varios factores. Por un lado se encuentra el “golpe de estado” del cantante y bajista Mariusz Duda, que amagó con dejar el grupo si no se le otorgaba el control creativo, por lo que se ha convertido en el principal responsable de este nuevo cambio de timón, y, por otro, se aprecia la intención, posiblemente consciente, de, una vez rotas las barreras internacionales, derribar las barreras estílísticas y abrir Riverside a otros mercados. Así pues, en este disco abandonan definitivamente el metal progresivo ,en el que tan altas cotas alcanzaron con Anno Domini / High Definition, y se embarcan en un sonido mucho más ambiental, atmosférico, pausado, con tintes poéticos y una marcada presencia del bajo en los arreglos, concebido más como un elemento sobre el que construir las canciones que como fuente de desarrollos instrumentales. Con ello, el concepto general de esta obra se acerca más a los últimos Anathema o a Steven Wilson, e incluso por momentos les aproxima al público potencial de gente como Coldplay o U2, mostrando ese aparente deseo de abrir horizontes de la banda.
El excelente guitarrista Piotr Grudzi?sk ve mermado su papel en este nuevo contexto, al reducirse sus apariciones como solista y el peso de la guitarra en la base rítmica, fruto del alejamiento de los Riverside más metaleros.
Si bien, en un principio, los logrados ambientes y el espíritu melancólico del disco resultan bastante atractivos, en sucesivas escuchas se echa en falta más variedad, llegando a veces a la monotonía en algunos momentos. A eso ayuda una labor de composición un poco lineal, aunque bien es cierto que aparecen gemas diseminadas como adicted y arreglos y detalles apreciables casi en cada canción, a fin de cuentas la calidad como músicos de estos polacos es indudable.
En resumen, un disco interesante, que explora una nueva dirección, en la que todavía no han alcanzado el nivel de maestría que mostraron en anteriores obras pero que mantiene la expectación de cara a futuros lanzamientos.
Comentario por Oscar García del Pomar
Fotografía por RIVERSIDE