Hace solamente unos minutos he recibido un privado de Oskar diciéndome que han salido como disco de la semana. Ni siquiera he tenido la oportunidad de aportar mi voto, ya que se me ha pasado completamente.
Havalina es uno de esos grupos con los que te puedes identificar fácilmente. Se mueven en una franja de edad similar al que escribe estas líneas, por lo tanto vivieron los ’90 en toda su magnitud. Cuando lees en su blog lo que escuchan en la furgo, esbozas una sonrisa que encierra complicidad, podía ser tu misma lista de reproducción.
Son una banda con años de carretera a sus espaldas; este es su sexto trabajo y tercero en castellano, lo que les ha terminado de dar un empuje dentro de la escena patria. Mete en una batidora a Kyuss, Smashing Pumpkins y The Cure, y te puedes hacer una idea de cómo suena este trío madrileño, pero es una vaga descripción dada la cantidad de facetas que muestran. Power pop, indie, rock alternativo, stoner, pinceladas de post punk…
Lo que está claro es que en este disco han conseguido homogeneizar su sonido, haciéndolo más ensoñador y a su vez más visceral. Con “Desierto” te cogerán de la mano y te arrastrarán hacia el interior de “Las hojas secas”, donde no sobra ninguno de los onces cortes que lo componen.
Es un viaje lleno de matices a través de los sentimientos del ser humano, la pérdida, el desamor, el sexo… suenan densos, angustiosos, sosegados por momentos, donde la dinámica juega con la canción hasta llevarles hacia estados más luminosos y explosivos, desembocando en un climax de melodías muy personales donde las letras trascienden la música. Déjate llevar por el paquidérmico riff de “Mamut”, el mal rollo inherente a “Objetos personales”, o siente la delicadeza de la “La pared”.
Si no has escuchado el disco, hazlo ya; si no les has visto en directo, no te lo pierdas la próxima vez.
Comentario por Flynn
Fotografía por HAVALINA