El ocho de Septiembre de 2010, después de 25 años en Dream Theater, Mike Portnoy anunció que abandonaba la banda. En cualquier otro grupo, un cambio de batería no tendría por qué significar el fin del mundo, pero Dream Theater son una de esas extrañas formaciones que, a excepción de su baile de teclistas, se ha mantenido prácticamente estable desde casi el principio (Exactamente desde la salida de su anterior vocalista Charlie Dominici, en 1989). Además, de todos es bien sabido la fuerte personalidad y el peso de todos los componentes de DT. La pérdida de alguien como Portnoy, suponíamos que podía significar un claro “tocado y hundido”.
Sin embargo durante este último año, desde que anunciaron su intención de seguir hacia adelante, hemos seguido con cierta atención (y con cierto escepticismo) el reallity show que se montaron para encontrar sustituto, y cuando descubrimos que el elegido era Mike Mangini, respiramos con un poco de tranquilidad. Mangini viene de tocar en bandas como como Annihilator o Extreme y también ha colaborado con Steve Vai o el propio LaBrie, osea, no le falta experiencia, ni técnica, ni Groove… sólo restaba ver como encajaba en el compacto puzle Dream Theater, entonces roto.
Repasando con perspectiva la carrera reciente de los estadounidenses, no es difícil darse cuenta del giro compositivo que sufrieron tras firmar su obra maestra Metropolis II: Scenes from a Memory. Siempre he defendido que desde aquel momento, y desaparecidos los Metallica metaleros, Dream Theater quiseron ser unos Metallica Progresivos. Han grabado buenos temas durante estos diez años, pero de alguna manera parecían estar continuamente adoptando personalidades que no eran la suya, son excelentes músicos y han mamado metal, por lo que tenían por fuerza que salir buenos temas y buenos discos, pero no dejaba de intuirse un giro algo forzado en algunas de las composiciones durante ese tiempo. Muchos sospechábamos que Portnoy empujaba el timón en esa dirección y sus últimas colaboraciones con Avenged Sevenfold así parecían confirmarlo.
Con el nuevo disco sobre la mesa tenemos la evidencia. De un lado, Portnoy ya ha anunciado que se embarcará en un proyecto puramente metalico con Rusell Allen (Symphony X) a la voz, de otro, A Dramatic Turn of Events tiene bastante que ver musicalmente con el punto en el que Dream Theater optaron por la via metalica, como si hubiesen vuelto a aquella encrucijada a rehacer el camino. Mangini no suena tan distinto a Portnoy, pero se nota la ausencia de esa presión, sin duda el juego de los pesos compositivos ha cambiado.
Para más inri, al poco tiempo de publicarse A Dramatic Turn of Events, y tal y como nos han descubierto nuestros amigos de The Musicall, una extensa reseña firmada por Thiago Campos (Músico de banda tributo a DT) y ratificada por Portnoy afirmaba que a nivel compositivo este nuevo trabajo tiene mucho que ver con Images & Words. Básicamente afirma que han vuelto a hacer una jugada parecida a la de Metropolis II, pero sin decirlo a las claras. Viendo que algunos músicos más se van uniendo en sus comentarios a la observación este hecho parece confirmar la clara intención de Dream Theater de replantearse las cosas desde un punto muy claro que coincide con el inicio del nuevo milenio y con su cambio de dirección musical.
De cualquier manera, con sus lógicos altibajos Dream Theater han estado siempre a un nivel muy superior a la media. Este dramático e inesperado nuevo golpe de volante no ha hecho otra cosa que volver a suscitar el interés de la comunidad metálica y sin duda el disco lo merece, está lleno de grandes canciones y recupera a unos DT más clásicos y algo más progresivos que metaleros, más Dream Theater y menos banda tributo a otras bandas que les gustaban cuando eran jóvenes. Seguro que es capaz de recuperar a algunos fans que empezaban a no esperar nada nuevo de ellos, y también de convencer a los que les han seguido sin pestañear durante esta última década.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por DREAM THEATER