Lejos quedan los días en los que hablar de Machine Head era hablar de una nueva forma de hacer metal. Sin embargo y aunque nunca han llegado a ser un grupo de grandísimas masas, al menos no al nivel que probablemente merecen, su herencia es innegable y mucho de lo que ha pasado después tiene que ver con la vuelta de tuerca que ellos (entre otros) le dieron al metal a mediados de los noventa. En los últimos años hemos visto claros ejemplos de grupos más jovenes claramente influenciados por ellos, sin ir más lejos Trivium no han dejado pasar el tiempo y volver a reivindicarles a los pocos dias de publicarse este nuevo plástico.
Durante más de quince años, Machine Head, han tenido momentos de más y menos popularidad, pero siempre han firmado discos personales y de gran nivel compositivo, aunque en muchas ocasiones se les ha acusado de buscar sonidos más comerciales, en mi opinión lo que han sabido hacer muy bien es incorporar distintas influencias y tendencias en cada momento a un sonido puramente Machine Head. Aun así puede que hayan tenido una época de discos algo más flojos pero tras una parcial vuelta a sonidos más crudos en The Blackening, nos encontramos con otro disco de temas largos y complejos, en el que Machine Head suenan modernos sin renunciar a su forma de hacer las cosas. Insisto, son Machine Head y están condenados a un segundo plano fuera de los focos principales, pero si Metallica firmase a estas alturas un disco la mitad de bueno que este seguramente la apreciación general sería bien distinta.
A los habituales riffs thraseros le acompañan arreglos de todos los estilos, desde coros de niños hasta una intro gregoriana, pasando por momentos más progresivos, solos melódicos y voces melódicas acompañando a las más rasgadas. En general, Machine Head, tal vez un poco más modernetes en algunas ocasiones, supongo que la influencia también funciona en sentido contrario y algunas de las cosas aportadas por sus pequeñuelos también les están influyendo a ellos.
En algunos medios ya hablan de él como uno de los discos del año, pero lo cierto es que también mucha gente ya está hablando de Unto the Locust como el hermano pequeño de The Blackening, pero hay que recordar que en aquella ocasión las bajas expectativas de mucha gente y el factor sorpresa jugaron un importante papel, en esta ocasión las cosas han sucedido al revés y gran parte del público había fijado sus expectativas por encima de lo que se han encontrado, pero juzgando Unto the Locust como disco, creo que es justo decir que nos encontramos de nuevo ante un gran trabajo. Muchos daban por muertos a Machine Head hace ya años, pero visto lo visto, preveo que aún quedan grandes discos por llegar.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por MACHINE HEAD