Poner muros a la mente creativa de Gildenlöw, es como ponerle murallas al mar. Los que esperaban que repitiesen una y otra vez Remedy Lane se han llevado una tras otra en los morros. 12.5, Be, Scarsick… cada uno de una madre. Tal vez hasta Remedy se les podía clasificar más facilmente dentro del “Metal Progresivo” pero de ahí en adelante, cada vez con más recursos y sintiendose cada vez más seguros y más libres a la hora de componer, parecen no tener freno, y si algo se puede decir de Road Salt One, para mal o para bien, es que nos han vuelto a dejar con la boca abierta.
Muy pocos fans se atreven aun a hablar de un gran disco, o de uno malo, y casi todas las opiniones aun se encuentran en el titubeo de la sorpresa. Aun es pronto. Tal vez es uno de esos discos que necesitan discos posteriores, para apagar el miedo de que se les haya marchado la pinza del todo. Tal vez los fans necesitan poderle clasificar, dentro de su discografía como un buen disco extraño.
La influencia musical podría ser tan variada que tocaría géneros como el blues, a veces casi gospel, los musicales o el metal, aunque este ya casi como un telón de fondo sobre el que mostrar tal gama de matices que costaría encontrar una etiqueta distinta de “Pain of Salvation”.
“Road Salt One” is twelve tracks of sweat gravel, asphalt butterflies, untrodden paths and brave decisions” reza la etiqueta que presenta el disco, y creo que lo define muy bien. Se han decidido a transitar por senderos desconocidos para ellos. Han sido valientes y han entrado hasta el fondo, por una carretera que no sabían muy bien hacia donde llevaba, sin miedo a no encontrar el camino de vuelta.
El disco está lleno de buena música, eso os lo aseguro. Disfrutarlo o no, dependerá más bien de atrevernos a entrar por ese camino, olvidando de lo que esperamos encontrar en un disco de Pain of Salvation y dejándonos sorprender por lo que ellos tienen que ofrecer.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por PAIN OF SALVATION