Nos enfrentamos esta semana al arduo trabajo de reseñar el décimo disco de Spock’s Beard. Siempre es complicado hablar de un disco de progresivo a las pocas semanas de su publicación, porque este estilo requiere tiempo y las escuchas aun no son las suficientes como para dar una opinión en profundidad. Pero la actualidad manda y al menos queremos dejar presentado este disco para suscitar tu interés y que seas tú el que le dediques el tiempo necesario a partir de ahora.
En esta ocasión han vuelto a titular el disco simplemente con el número romano, tal y como ya harían con V. Como si quisiesen apilar los discos de cinco en cinco para ir cerrando etapas. Su sexto disco (recordemos: Snow) fue uno de los más importantes de toda la década y probablemente su obra cumbre hasta el momento, así que si la numerología no falla, podemos frotarnos las manos esperando el siguiente.
X es el cuarto desde que Neal Morse emprendió su carrera en solitario, desde entonces podemos decir que ambas carreras han transcurrido llenas de momentos musicalmente brillantes, pero sin excesivas sorpresas. Digamos que el clásico sonido Spock’s Beard se dividió en dos y así ha permanecido hasta el momento, gran parte del peso se fue con Neal, y lo que quedó, que no es poco, continua sonando parecido disco tras disco, a un nivel increible pero sin muchas sorpresas desde Feel Euphoria.
Así en X volvemos a encontrar un sonido a medias entre los clásicos del sinfónico y los grandes del metal progresivo. Con su justa medida de caña y su exceso instrumentístico, acompañado siempre de buenas melodías vocales y de tremendos estribillos / anzuelo, que consiguen que pese a la densidad de Spock’s Beard sea relativamente sencillo hacerse con la mayor parte del disco en las primeras escuchas.
Por reseñar algunas cosas más que me han llamado la atención, puedo decir que sin haber profundizado demasiado en el aspecto de las letras, tanto el segundo tema como el séptimo utilizan el lenguaje de los cuentos clásicos (El traje del emperador y el Mago de Oz), para describir una realidad mucho más cercana y real. También llama la atención el tema número seis, “Their Names Escape Me”, uno de los temas más oscuros que nunca hayan construido, que tiene la particularidad de citar en su letra los nombres de aquellos fans que les ayudaron con su compra por adelantado a financiar la grabación de este disco, algo así como esas plaquitas de benefactores que se encuentran en la fachada de algunos teatros.
Como ya he dicho al principio, un disco lleno de secretos y compuertas, como es habitual en el estilo. Un disco complejo del que no es bueno hablar a la ligera. Dejo por tanto abierto el debate, y si os apetece ir descubriéndole con nosotros, ya sabeis lo que hay que hacer.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por SPOCK’S BEARD