No soy parcial con Slayer. Me parecen uno de los grupos que mejor ha llevado el paso de los años. Siempre digo que no tienen disco malo, sino discos menos buenos (que alguien se escuche hoy en día el Diabolous in Musica y diga que es malo), manteniendo la velocidad, el descontrol y la mala hostia pero cambiando de registros. No obstante, con el tiempo me he vuelto muy escéptico con los lanzamientos de los grandes grupos, donde se puede ir notando desgana, falta de frescura e implicación… y por otra parte en este caso, la trágica pérdida de Jeff Hanneman, principal herramienta compositiva de Slayer, además del abandono de Dave Lombardo por cristos varios, ha hecho que esta vez no tuviera muchas esperanzas de encontrarme con algo destacable de Slayer.
El último trabajo que hicieron, World Painted Blood, a pesar de esa producción excesivamente chatarrera, no estaba mal. Aunque creo que volverse a juntar con Rick Rubin no fue del todo bueno, dicho por ellos mismos. Así que con este panorama llegaba “Repentless”. Ya tenían muchos temas compuestos y elaborados por el propio Kerry King y Araya, que fueron modelando y dando forma sin contar esta vez con Hanneman, lo que de antemano me planteaba serias dudas con respecto al posible resultado final. Incluso habían incluido algunos temas hechos por el propio Jeff como “Piano Fire”, levantando cierta controversia entre toda la comunidad de seguidores.
Para grabar el disco llamaron a Gary Holt de Exodus, quien estaba ya girando como guitarra con ellos tras el abandono de Hanneman, y completando a la formación en las giras de hace un par de años a un altísimo nivel. Y a los palos cuentan otra vez con un viejo conocido como Paul Bostaph, una pieza clave en la mejora rítmica y sonora respecto al anterior disco.
Pese a que las perspectivas no eran muy halagüeñas el resultado es para mí excelente, con temas rápidos y endiablados como el infierno, como “You againts you” o “Repenteless”, punteos a trisca de Kerry King (sin duda lo mejor), solos sin sentido… (y ni falta que hace), medios tiempos demoledores, recordando mucho a su trabajos noventeros, como “Pride in Prejudice”; y con Tom Araya cumpliendo mejor que otras veces a las voces (pero sin pasarse). Todo ello con un sonido y una producción dejada en manos de un crack como Terry Date (Pantera), dando al disco la fuerza y agresividad que un grupo como Slayer debe tener. Muy recomendable escucharlo a buen volumen y cuando se haya ido el vecino.
Con Slayer no hay que esperar ya un Reign in Blood u otro South of Heaven pero todavía tienen capacidad para dar bien de cera sin hacerse aburridos y resultar frescos. Y eso tiene hoy en día mucho mérito. Sin ser los más técnicos, ni los más versátiles, creo que están muy por encima de muchos coetáneos suyos. “Repentless” lo deja bien claro, un disco que se pasa volando si eres fan de la banda y dejas a un lado ciertas reticencias hacia los grupos de dinosaurios.
Comentario por Sewin
Fotografía por SLAYER