Recuerdo hace bastante tiempo, en un autobus que nos llevaba a algún concierto una conversación sobre Hamlet en la que alguien dijo “Yo creo que estos han encontrado la fórmula mágica y a partir de aquí nos esperan pocas sorpresas”, poco sabíamos entonces de los vaivenes que nos esperaban en los que Hamlet han permanecido siempre reconocibles pero manteniendo identidades diferenciadas para sus últimos discos. Últimamente venían manteniendo una linea más melódica, aun con guitarras duras, pero menos agresiva en las voces, y todos pensabamos que se mantendrían ahí. Sin embargo, recientemente han entrado en contacto con Roadrunner Records, convirtiendose así en uno de los grupos de aquí con más posibilidades de lucir en el escaparate europeo, y quien sabe si más allá, junto con S.A. (Ahora compañeros de sello). Supongo que el contacto con Roadrunner ha sido determinante a la hora de enfocar el sonido del nuevo disco y nos encontramos con unos Hamlet más cercanos al revolución 12.111 de lo que lo han estado en la última década. Ha pasado el tiempo y muchas cosas en el metal, lo que por ejemplo ha transformado algo el sonido de guitarras, pero en espiritu, nos encontramos ahora más cercanos a aquellos Hamlet que a los de los últimos años.
El resultado es un disco muy potente, con canciones en general muy cañeras, y que de alguna manera me suena a carta de presentación de Hamlet para el guiri. Osea, como si llegados a estas alturas hubiesen pensado en componer un disco que resumiese su personalidad durante este tiempo, en lugar de continuar el camino en el lugar en el que se encontraban. Los españolitos en cambio percibiran una de esas regresiones mirando al futuro tan habituales en las bandas con muchos años y muchos discos. El disco está lleno de buenas composiciones, un gran sonido y una gran producción, como principal seña de identidad decir que puede sorprender que tiene algunos cortes algo más largos que lo acostumbrado en Hamlet, incluso se permiten algún interludio tranquilo y recuperan algunos solos como arreglo que aportan más variedad a la colección de canciones. A destacar en este aspecto, Sacrificio, que cierra el disco con una especie de secuencia bastante original en Hamlet o no habrá final, con una larga intro instrumental que hace muy bien su labor de meridiano o lo que hubiese sido en su dia el inicio de la cara b. Tal vez lo más flojo en esta ocasión resulte la voz de Molly, que siempre ha realizado una labor impecable en todos sus discos (y me gustaría remarcar lo muy bien trabajados que están Puravida y Syberia, más melódicos pero con grandes lineas vocales). En esta ocasión parece estar un poco al límite y no acaba de llegar a la altura a la que nos tiene acostumbrados.
De cualquier manera, creo que Hamlet han demostrado sobradamente ser una banda con capacidad de sobrevivir y reinventarse, ya han pasado varios ciclos como todos los grandes grupos y aun no han firmado un solo disco flojo, así que sin duda, La Puta y el Diablo merece la escucha, y seguro que los conciertos de esta gira van a ser muy potentes, así que habrá que pasarse a verles si asoman cerca de aquí.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por HAMLET